Aquí las predicciones metereológicas cambian constantemente, de un día para otro, es lo que tienen las expediciones invernales. Y en este caso ha sido para bien.
Habíamos asumido que tocaba esperar durante al menos una semana en el campo base, pero un giro en las predicciones ha hecho que esta mañana, a las 9:00 (hora paquistaní), partieramos de nuevo hacia la montaña para abrir huella, por enésima vez tras la nieve de estos días atrás, hasta el campo I. Dormiremos en el I y mañana retomaremos el trabajo tratando de alcanazar definitivamente el campo II. Los partes hablan de buen tiempo hasta el próximo viernes, de manera que hemos emprendido la marcha con el campo III y IV como objetivo. De todas formas, no podemos olvidar que todavía no hemos superado la cota 6.000, por lo que la falta de aclimatación puede jugar en nuestra contra si no actuamos con cautela. Somos conscientes de ello.
La principal novedad es que el Italiano Danielle Nardi se ha unido a nuestra cordada. Lo hace tras renunciar a escalar en solitario la Mummery Ridge. Recordemos que la marcha del polako Tomek Mackiewicz y la francesa Elisabeth Revol dejó a Danielle Nardi sin compañero de cordada para la ascensión que él traía en mente por una ruta que, por cierto, a medida que van pasando los días escupe más nieve (en la última semana las avalanchas se repiten a diario por la ruta elegida por Nardi, incluso una de ellas alcanzó su tienda apenas 10 minutos después de que éste la abandonara).
De manera que hemos sumado fuerzas en la vertiente Diamir del Nanga Parbat. Ali ‘Sadpara’, Danielle Nardi y yo hemos partido hoy. Mañana lo harán Muhammad Kan y el trío iraní; nos reuniremos, si todo va bien, en el campo II. Veremos cuánto da de sí esta ventana.