Es hora de volar hacia Nepal y dejar atrás Bizkaia. Comienza la aventura. Un año más nos adentramos en los rincones que esconde el Everest, la montaña más alta del mundo, en invierno y sin oxígeno artificial. Pero la verdad que a mí lo que me deja sin oxígeno es toda esa gente que vino a despedirnos al aeropuerto.
Ya estamos en Kathmandu. Pero, creerme, que no hemos venido solos. Hemos traído nada más y nada menos que 900 kilos repartidos en 31 bultos. Gracias de corazón a la compañía Turkish Airlines. Al llegar a Nepal hicimos los trámites correspondientes del visado y vinimos hacia Thamel, dónde a las 18:00 horas reorganizamos todo el material. La verdad es que estos últimos días han sido muy emocionantes, pero por circunstancias como no haber dormido o por la responsabilidad que tengo tanto conmigo como con todo el equipo no he podido disfrutarlos como debería. Ahora ya aquí me pongo a pensar y me gustaría dar las gracias a todos esos amigos y amigas que han estado echándome una mano en todo momento, y que sin ellos no hubiera sido posible. También quería agradecer a todos los patrocinadores y seguidores que estás ahí apoyándonos.
Antes de despedirme quería dar algunas claves de lo que será la nueva expedición: el año pasado estuvimos 11 escaladores, este año, en cambio, estaremos 9 y 8 de ellos repiten de la anterior expedición. Éste es el equipo: Temba Bothe (Patagonia), Nuri, Cheppal, Pasang Norbu, Wolung Dorgie, Gyelsen (ice doctor) eta Tenzing Gyelsen (ice doctor). A ellos nos sumamos el pakistaní Ali Sadpara y yo, Alex Txikon. Creo que un equipo más reducido es posible si los que estamos somos fuertes y tenemos muy buen rollo entre nosotros.
Para finalizar no querría olvidarme de los compañeros que vivieron esta experiencia conmigo, un saludo a Pablo Magister, Carlos rubio y Aitor Barez, sois muy grandes. Y, como no, un fuerte abrazo para toda mi familia que a pesar de los riesgos que entraña una aventura de este calado siempre están ahí apoyándome.
Fotografías: Arri Studio