El comienzo de un nuevo ciclo junto a Trangoworld

Mañana 2 de Diciembre presentaremos ante los medios la inminente ‘Expedición Invernal Nanga Parbat 2016’. Será a las 10:30 en Bilbao, y aprovecharemos la ocasión para anunciar también que me incorporo al equipo Trangoworld con enorme ilusión y muchas ganas de colaborar.

Estreno patrocinador para la invernal del Nanga Parbat: confiaré para este gran reto en las prestaciones técnicas de la gama textil TRX2 de Trangoworld así como en las de sus mochilas, tiendas y sacos. Sin duda, experiencias extremas como esta –y las futuras– servirán para seguir mejorando la línea de productos más técnica y avanzada de Trangoworld: la TRX2.

Llevan casi 90 años dedicados al mundo del outdoor, de modo que les estoy muy agradecido por haber fijado su atención en mi trayectoria himalayista y por haberme además transmitido su satisfacción ante este nuevo ciclo como embajador de su marca en el mundo.

Encantado participaré activamente en el diseño y desarrollo de nuevos modelos que den respuesta a las necesidades del alpinismo más comprometido, y testaré de buena gana los resultados que vayamos obteniendo. Sin duda, incorporarme a un equipo de gente cercana dispuesta a interactuar me genera mucha confianza, seguridad e ilusión.

Os espero en la rueda de prensa de mañana para contaros todos los detalles de nuestro inminente proyecto en el Nanga Parbat; a las 10:30 en Bilbao, en la oficina CaixaBank de la Gran Vía 38.


Satisfacción plena al encadenar ‘Sonata de cuchillo y metralleta’ (7c) tras meses de progresión

Desde que en 2012, durante aquella fatal expedición invernal al GI (8.080m), se me congelaron los dedos de los pies, el mero hecho de calzarme los pies de gato se convirtió en una verdadera tortura, algo que irremediablemente me ha alejado de la escalada deportiva a lo largo de todo este tiempo. Es por eso que haber encadenado la mítica ‘Sonata’ (7c) en Korea (Araotz) representa para mí algo así como la culminación de esta particular historia de autosuperación.

Reconozco que de haber hecho caso a los consejos médicos que desde el principio me hablaban de un año de reposo e inactividad, la recuperación hubiera sido muy probablemente más rápida y completa, pero de qué sirve ahora lamentarse.

Bien es cierto que la intervención y posterior tratamiento pautado a principios de Mayo por el doctor Alberto Gorrochategui y su equipo de la Clínica Dermatológica Ercilla supuso un punto de inflexión importante y la mejora ha sido considerable.

Así, con mucho empeño, altas dosis de cabezonería y, sobre todo, el inestimable apoyo de mis compañeros, de alguna manera me he reencontrado con la roca durante estos últimos meses y la progresión ha sido muy satisfactoria. El 11 de Agosto encadenaba ‘Agur’ (7a); el 5 de Octubre, tras la expedición estival al Thalay Sagar, recuperaba el tono y hacía lo propio con ‘Happy Forty’ (7b).

Y, ahora, como os comentaba, culmino mi particular historia de superación encadenando ‘Sonata’ (7c). Aunque sabedor de que no supone una gran hazaña en un sector como Korea donde habitualmente se ejercitan escaladores de primera, la satisfacción para mí es plena. Gracias a todos los que me habéis ayudado.

Satisfacción plena tras encadenar ‘Sonata’ (7c), 14 de Octubre.

 


Volvemos al Nanga Parbat (8.126m) este invierno

A través de estas breves líneas, quiero hacer pública mi intención de volver al Nanga Parbat (8.126m) este invierno, a mejorar el trabajo realizado allí el año pasado.

Además del paquistaní Ali ‘Sadpara’ y el italiano Daniele Nardi (ambos compañeros de cordada durante la expedición del 2015), esta vez también trabajarán junto a nosotros el polaco Janusz Golab y el catalán Ferran Latorre.

Partiremos hacia Pakistán a finales de Diciembre, y calculamos que la expedición puede prolongarse hasta bien entrado el mes de Febrero. De modo que volvemos a encontrarnos con la apodada ‘Montaña Asesina’, uno de los dos únicos ‘ochomiles’, junto al K2 (8.611m), jamás escalados en invierno; afrontaremos el reto siguiendo la ruta Kinshofer de la vertiente Diamir.


Sin cumbre pero con una vía nueva

El equipo formado por Txus Lizarraga, Adrian Legarra, Ekaitz Maiz, Felix Criado, Daniele Nardi y Alex Txikon ha dado por finalizada la expedición ‘Thalay Sagar 2015’. Dado que no han hecho cumbre, tampoco dan por cumplido su objetivo, pero se muestran satisfechos con el trabajo realizado: una nueva vía en el Pilar Noroeste, a la derecha de la ruta alemana; Askatasun Taupadak 700m+ 520m M5/6, A3, WI4+.

Hasta el C2 (6.039m) situado en la misma base de la pared, ascendieron por una rampa de hielo y nieve de unos 700 metros y desnivel sostenido de entre 60º y 80º que no ofrecía repisa ni descanso alguno. Completaron este primer tramo de escalada siguiendo la misma ruta que abrieran Stephan Siegrist y sus compañeros alemanes en el año 2004. Lo equiparon al completo con cuerdas fijas para así facilitar la subida del material hasta el C2. Fue, precisamente, el 6 de Septiembre cuando los seis miembros de la expedición establecieron una hamaca a 6.039m. Pasaron tres noches aquí, y el cuarto día lograron llegar hasta el rapel que une el Pilar Noroeste que han escalado con la ruta normal, 520 metros en total.

Esta es su valoración sobre el trabajo realizado:

“Ha sido una escalada muy lenta, a ratos en hielo, pero en artificial casi en su totalidad. Aunque la roca era de muy buena calidad, hemos encontrado las fisuras llenas de hielo y hemos tenido que hacer uso del piolet para limpiarlos; sobre todo salía hielo, pero también nieve cuando la pared se tumbaba. Todo ello, unido al hecho de trabajar en temperaturas por debajo de –10ºC, siempre en la sombra y por encima de los 6.000m ha complicado y ralentizado mucho nuestro avance. De todas formas, también han salido algunos largos preciosos. Son reseñables, entre otros, el fantástico techo de 30 metros del cuarto largo, con un ‘patio’ increíble; también el offwidth del séptimo largo; o el techo negro del octavo largo que durante tantos días nos ha servido de referencia y que, una vez superado, supimos haber superado también las mayores dificultades, pasando además al lado soleado.

El 11 de Septiembre arrancaron la jornada a falta de tres largos para terminar de escalar el Pilar y con el ataque a cumbre ya en mente para el día siguiente. Pero la noche se les vino encima cuando todavía no habían superado el offwidth y, por lo tanto, tampoco pudieron alcanzar la cota prevista para el C3. “Cometimos un segundo error, aunque en realidad fue mala suerte: al subir las mochilas con las poleas, uno de los agarres se soltó, y el bulto cayó al abismo. Con aquella mochila perdimos también el material personal de escalada de dos miembros, por lo que el ataque a cumbre del día siguiente quedó descartado.

De modo que los seis compañeros regresaron al C1 (5.300m). Después de una jornada de descanso, ascendieron de nuevo, esta vez hasta el punto donde se unen el Pilar y la ruta normal. Pero el parte meteorológico auguraba tiempo revuelto para los próximos dos días, y los días de permiso se les agotaban, así que decidieron dar la vía por concluida en ese mismo lugar.

“No hemos hollado la cumbre, por lo que no podemos dar por cumplido nuestro objetivo. Pero nos hemos empleado a fondo y Askatasun Taupadak es el resultado, y un reto para los repetidores”.


A pie de pared

A pesar de haber avanzado algo más despacio de lo previsto, el equipo liderado por Alex Txikon ha llegado, al fin, a la base del imponente pilar rocoso de 300 metros que custodia la arista noroeste del Thalay Sagar (6.904m). Hasta este punto, según nos comentan, han seguido los pasos y la ruta que abriera en este pilar oeste el equipo liderado por el alemán Stephan Siegrist en 2004. Sin embargo, Txikon y sus compañeros tienen previsto trazar una variante: “Ahora tiraremos hacia nuestra derecha –dirección oeste–, ellos lo hicieron hacia la izquierda”. Calculan unos tres días más de trabajo equipando la pared antes de acometer los últimos 500 metros hasta la cima en estilo alpino.

El martes día 1 DE SEPTIEMBRE, todavía sin Ekaitz y Daniele (recordemos que habían decidido bajar hasta Gangotri para recuperarse del golpe de altura y se esperaba su llegada al C1 para el día 3), lo emplearon para trasladar el C1 al completo desde 5.100m a 5.300m de altitud. Fueron necesarios dos porteos para establecer un punto de partida más avanzado desde el cuál salir y al cuál volver a dormir durante todos estos días en los que han seguido equipando el corredor hacia la base de del pilar.

Así, el miércoles 2 DE SEPTIEMBRE llegaban hasta los 5.800 metros de altura. El jueves 3, todos salvo Txikon, descendían al Cambo Base a sabiendas de que llegaba el relevo de Maiz y Nardi. Y en efecto se incorporaron, pero el mal tiempo obligó a Txikon, Nardi y Maiz a parar durante dos días.

El SÁBADO DÍA 5 volvían al trabajo, pero no conseguían avanzar más allá de la cota 5.850m. Sin embargo, según aseguraba Txikon a través de una breve llamada, la jornada más productiva fue la de ayer –domingo, 6 DE SEPTIEMBRE– durante la que el propio Alex Txikon y Daniele Nardi fijaban 230 metros de cuerda hasta los 6.050 metros de altura, llegando así a pie de pared. “Han sido varios largos a través de terreno nevado, y los finales a través de terreno mixto. Hemos gozado muchísimo y volvemos al C1 con la sensación de haber escalado y avanzado mucho más que todos los días anteriores”.

Hoy –lunes, 7 DE SEPTIEMBRE–, Criado, Lizarraga y Maiz, junto a Txikon –incombustible–, porteaban algo más de material hasta la base del imponente pilar de 300 metros que custodia la arista noroeste del Thalay Sagar. Hasta este punto, según comenta Txikon, han seguido los pasos y la ruta que abriera en este pilar oeste el equipo liderado por el alemán Stephan Siegrist en 2004. Sin embargo, Txikon y sus compañeros tienen previsto trazar una variante: “Ahora tiraremos hacia nuestra derecha –dirección oeste–, ellos lo hicieron hacia la izquierda”. Calculan unos tres días más de trabajo equipando la pared antes de acometer los últimos 500 metros hasta la cima en estilo alpino.


Primera semana de expedición, equipado hasta 5.700m

Era DOMINGO DÍA 23 cuando los seis miembros de la expedición abandonaron la ruidosa Nueva Delhi para embarcarse en un largo e incómodo viaje por carretera: 16 horas casi ininterrumpidas de duro minibus para completar los 400 kilómetros que les separaban de Uttarkashi, puerta del Parque Nacional e ineludible check point policial donde depositaron una fianza que los compromete a bajar de vuelta toda la basura que generen durante la expedición. Situada a las orillas del río Bhagirathi, Uttarkashi es una ciudad plagada de templos, antesala de la sagrada Gangotri (3.500m) donde llegarían el mediodía del martes 25. Gangotri es el destino de peregrinación por excelencia del norte de la India, y se nota. Aunque no es temporada alta, puede percibirse que se trata de un lugar muy transitado donde, por cierto, está prohibido comer carne y beber alcohol. Aprovecharon la tarde para reorganizar el peso y reempaquetar todo en 20 cargas de 25kg, 500kg en total.

EL MIÉRCOLES DÍA 26 iniciaron la marcha a pie y alcanzaron los 4.200m de altura en unas cinco horas. Cuatro horas más al día siguiente y ya estaban en el CB (4.700m). Según cuenta el propio Alex Txikon, “sorprende comprobar que en el paisaje se fusionan estampas típicamente nepalís con algunas pinceladas del Karakorum”.

LA DEL 28 fue ya una jornada de trabajo propiamente dicha. El haber ascendido más de 1.000m en menos de 24h pasó factura a Ekaitz Maiz y Daniele Nardi quienes optaron por quedarse en el CB a retomar fuerzas. Mientras tanto, los otros cuatro escaladores portearon 130kg hasta el C1 a 5.100 metros.

Tras dos días y dos noches consecutivas sin poder dormir, EL SÁBADO 29 Ekaitz Maiz y Daniele Nardi tomaron la determinación de bajar hasta Gangotri para ver si mejoraba su situación. Por otro lado, Felix Criado y Txus Lizarraga también se tomaron el día libre para descansar en el CB y recuperarse de los batacazos provocados por la altura. Alex Txikon y Adrian Legarra, por su parte, siguieron con las labores de porteo subiendo, con la ayuda de dos porteadores locales, 100kg más hasta el C1 (5.100m), donde hicieron noche.

DOMINGO 30 DE AGOSTO: Alex Txikon y Adrian Legarra continuaron avanzado y llegaron al inicio del plató (5.300m) que deberán cruzar en su camino hacia la base de la gran pared vertical. Hicieron un par de porteos hasta este punto (5.300m) y regresaron a dormir al C1 (5.100m) donde ya les esperaban Felix Criado y Txus Lizarraga.

LUNES 31 DE AGOSTO: Txikon, Legarra, Lizarraga y Criado han cruzado y marcado con bambús el glaciar hasta la base de la pared (unos 5.500m), y han seguido equipando el couloir por el que avanzan hasta los 5.700m donde han depositado 300m de cuerda y material diverso. Mañana esperan poder llevar otros 300 metros de cuerda y más material hasta este mismo punto y volver de nuevo al C1 (5.100m) para pernoctar. Por otro lado, Maiz y Nardi abandonarán mañana Gangotri y esperan poder incorporarse al grupo el próximo día 3.

Por el momento, por lo tanto, siguen avanzando couloir arriba, pues es a unos 6.000m donde se presenta la pared verdaderamente vertical.


Nos espera la gran pared del Thalay Sagar (6.904m)

En el sagrado Gangotri, en los confines del Himalaya del Garwhal indio, donde nace el río Ganges, se levanta el casi inaccesible Thalay Sagar. Con 6.904m de altitud es un objetivo de primera categoría para los alpinistas y un lugar venerado por los peregrinos que allí acuden.

Hollar la cima de esta ‘big wall’ o gran pared es el nuevo objetivo de Alex Txikon y sus compañeros Ekaitz Maiz, Felix Criado, Txus Lizarraga, Adrian Legarra y Daniele Nardi.

Garhwal Occidental del Himalaya es el nombre que recibe el conjunto de montañas ubicadas en estado indio norteño de Uttarakhand. El Thalay Sagar pertenece, más concretamente, al grupo de los Gangotri, picos colindantes al glaciar homónimo, fuente del Ganges. Su cresta principal se encuentra, precisamente, al sur de dicho glaciar, y a 10 kilómetros del lugar sagrado hindú de Gaumukh, fuente del río Bhagirathi. Se trata de la segunda montaña más alta de los Gangotri después del Kedarnath (6.940m), pero destaca sobre las demás por tratarse de una atractiva pirámide de roca y hielo, muy abrupta por todas sus vertientes, y por tanto, especialmente tentadora para los escaladores de grandes paredes.

A la Cara Norte

El objetivo de la expedición consiste en escalar la Cara Norte del Thalay Sagar en estilo cápsula, lo cual implica cargar con todo el material necesario para escalar y para sobrevivir en la pared durante los 10-12 días que consideran van a necesitar para llegar a la cima: cuerdas, anclajes, hamacas, víveres, agua, ropa… que tendrán que arrastrar pared arriba. La fase inicial de la expedición consistirá en portear el material y la comida a la base de la pared. Después acometerán la fase de escalada propiamente dicha, unos 10-12 días.

La pared norte del Thalay Sagar presenta 1.400 metros de longitud y dificultades en roca, hielo, así como múltiples largos en terreno mixto. La parte alta presenta, además, tramos de roca más descompuesta. Los seis escaladores no parten con una ruta concreta en mente; por lo contrario, elegirán sobre terreno la zona más accesible a la base de la pared para el porteo y también la ruta que consideren más adecuada.

En cualquier caso, la meteorología jugará un papel determinante, ya que el tiempo es bastante inestable en la zona: acaba de finalizar el monzón (época de lluvias que se traducen en tormentas en altura) y a finales de Septiembre comienzan a caer la primeras nevadas. Los escaladores llegarán el 22 de Agosto a New Delhi y esperan poder regresar a mediados de Septiembre.


Travesía andina de tres días

Ya teníamos ganas de cambiar de escenario. Por fin en “el cerro”.

Dado que no contamos con demasiados días, nos decantamos por un plan que a priori parece sencillo y factible: hemos pensado en la doble ascensión al San Francisco (6.016m) y al Incahuasi (6.638m). El primero es un pico fácil y muy frecuentado tanto por los aficionados de la zona como por los turistas; su cercanía a la carretera que une las aduanas de Argentina y Chile la hace especialmente accesible. El volcán Incahuasi (en quechua: ‘casa del Inca’) es igualmente sencillo, pero su situación, algo más alejado de la carretera, lo vuelve más solitario. Aunque, en realidad, todo es tremendamente solitario aquí.

Pasamos la noche en uno de los varios refugios construidos al borde de la carretera, a unos 4.000 metros de altura. La pernocta nos sirve de aclimatación, y poco a poco nos vamos habituando al frío, el viento (no para) y el ambiente característicamente seco. Bien temprano por la mañana, apagamos el fuego, arrancamos el coche y nos dirigimos hacia la frontera; queremos cruzar a la parte chilena para acceder a la base del San Francisco.

Pero… malas noticias: la gendarmería nos informa que la frontera está cerrada y que desconocen cuándo les permitirán abrirla. Al parecer, la muerte de un montañero indio en Abril y en esta misma zona ha alterado los ánimos a ambos lados y todavía no han establecido nuevas normas de actuación. En definitiva, todavía no saben cómo gestionar el goteo de montañeros, y por el momento se limitan a no dejar pasar.

De modo que nos vemos obligados a diseñar un plan B, y nos decantamos por una travesía de tres días, a una altura media de 4.500–5.000 metros. Y no nos arrepentimos. Qué gozada, qué paisajes tan alucinantes; es al mismo tiempo excitante e inquietante sentirse tan pequeño en la inmensidad. Durante tres días y tres noches, sólo las vicuñas (especie endémica parecida al guanaco, muy apreciada por su lana) han sido testigos de nuestros pasos. Hemos caminado sobre arena, sobre pedreras, hemos cruzado riachuelos, hemos pisado nieve, hemos atravesado un enorme salar de unos 20 kilómetros, hemos pasado frío, el calor más asfixiante… una experiencia bien bonita y de sobra recomendable para los que tengáis en mente acercaros por aquí.


Por los dominios del Rally Dakar

Partiendo de Fiambalá, cruzando Saujil y Medanitos, nos dirigimos un día más al inmenso desierto de arena fina que precede al igualmente inhóspito cerro. Esta vez marchamos sobre ruedas, de modo que buscamos dunas más lejanas y altas que nos lo pongan difícil.

La sensación de conducir una moto en un paraje como éste es ciertamente brutal, pero la pena es que el tiempo no acompaña en absoluto y está incomodando mucho la jornada. El viento es fuerte y no da tregua, pequeños tornados levantan enormes nubes de arena que penetra por el más mínimo resquicio haciendo que todo pique.

La tormenta que nos está poniendo a prueba es resultado de lo que los locales llaman Viento Zonda. Ocurre cuando las masas de aire frío provenientes de La Antártida chocan contra las masas de aire cálido de la zona. El viento azota con fuerza y el ambiente se vuelve totalmente plomizo, pesado; baja la tensión e incluso puede provocar dolor agudo de cabeza.

La pista que une los últimos poblados situados en la mitad de este medio tan hostil está totalmente cubierta, aunque en realidad poco nos importa, porque la abandonaremos enseguida para adentrarnos en los dominios del Rally Dakar. Estos días atrás hemos sido testigos del gran número de gente que atrae el ‘turismo de las dunas’. Algunos se acercan con su propio vehículo 4×4, otros muchos optan por alquilar motos, y también hay quien prefiere subirse a una tabla de madera con fijaciones para ‘surfear’ sobre la arena. Provienen en su mayoría de otras comarcas de Argentina, aunque también nos hemos topado con muchos europeos. Según nos cuentan los locales, es más que habitual que entre los aventureros se cuele algún inexperto que acaba trabado o perdido en mitad del desierto, a la espera de un rescate (o un milagro).

Nosotros contamos con un buen guía, Emanuel. Conoce esto como la palma de su mano y está decidido a que disfrutemos como críos. Conseguido.

Una curiosidad unida a estas dunas: algunos cosecheros afirman que los viñedos han contribuido a su crecimiento, y es que la viticultura se instaló hace ya años en estas tierras de altura. Aunque muy rudimentario, el sistema de regadío ha desviado y concentrado las aguas en estas plantaciones, y con ello los sedimentos que arrastra la corriente. El viento levanta estos sedimentos y los traslada, al parecer, a las dunas.


Breve pero intensa visita a la Argentina. Primera parada: Fiambalá

Me gustaría compartir con vosotr@s algunas imágenes de un viaje reciente a la provincia argentina de Catamarca, más concretamente a la región de Fiambalá, cuyos parajes recomiendo visitar a tod@s l@s amantes de la montaña y el medio natural más salvaje. Situada al noroeste del país, esta provincia de 102.000 kilómetros cuadrados limita al oeste con Chile y, de hecho, el cerro de Fiambalá constituye la continuación argentina del desierto chileno de Atacama.

En esta ocasión volamos, como viene siendo habitual, con la compañía aérea Turkish Airlines. Tras la escala en Estambul, cruzamos el Atlántico para aterrizar en Buenos Aires, desde donde volvemos a despegar rumbo a la ciudad de Salta. Allí nos espera el amigo Mauricio, quien nos llevará, por carretera, hasta Fiambalá, municipio muy conocido entre los seguidores de rallyes desde que, a partir del año 2009, fuera sede del Rally Dakar en varias ocasiones.

Las seis horas de coche sirven a modo de aperitivo: las formaciones rocosas a través de las cuáles avanza la ruta son increíbles, de color rojo intenso, áridas… es, sin duda, uno de los paisajes de altura más inhóspitos que han visto mis ojos. De hecho, alberga innumerables seismiles y muchas de las montañas más altas de los Andes: Ojos del Salado (6.893m), Pissis (6.795m), Bonete (6.759m), Tres Cruces (6.748m), Mercedario (6.720m), Cazadero (6.658m), Incahuasi (6.621m) y El Muerto (6.488m).

Pero, de momento, la primera parada de esta breve pero intensa visita nos deja en el mismo pueblo de Fiambalá, a unos 1.500 metros de altura. Caminata a pie hasta las termas donde un baño nos reconforta y nos ayuda a recuperar la espalda machacada después de tantas horas de vuelo.

Al día siguiente, todavía con el jet lag a cuestas, nos aventuramos a trotar y sudar de lo lindo a través del terreno desértico que caracteriza a este rincón del planeta que, por cierto, según aseguran los entendidos, sirve de verdadero filtro durante el Rally Dakar.