CRÓNICA | El equilibrio no sirve de nada cuando hace tiempo que te has caído
Partimos del campo base el jueves 2 de febrero, no muy pronto ya que ascender al C2 (6350 m), se ha convertido en un mero trámite (aunque muy peligroso).
Nos adentramos en la cascada del Khumbu que hace aguas por todos los lados; las secciones peligrosas aumentan. Yo pensé que sería más seguro en invierno, pero cada vez que subimos la cascada se vuelve más difícil, más costosa y más exigente.
Estamos al límite; no nos queda mucho más material ni contamos con los recursos necesarios. Este Everest va a ser muy exigente desde el principio hasta el final; no nos ha venido nada hecho.
En 8 horas llegamos al inexistente C2 (6350mt). Dejamos una tienda de campo base muy bien fijada, pero voló. Toca buscarse la vida y ponerse a buscar el material esparramado por la morrena.
Cambiamos el plan. Decidimos descansar el día viernes 3 y salir del tirón el sábado 4 a C4. Ay Amatxu Maitia, dónde me estoy metiendo!!
El viernes 3 lo pasamos en silencio. Normalmente reímos, bromeamos, pero hoy nadie lo hace; es normal, ya que lo que nos queda por delante va a ser muy duro. Son las 18.00h de la tarde y nos echamos a descansar a los sacos de dormir, de nuevo el silencio; y con el silencio llega el hermoso canto de los gorriones. En el C2 estamos rodeados de gorriones y cuervos, que dan miedo.
23.30 horas. Llega la hora de la verdad; nos juntamos en la tienda grande Norbu, Nuri, Furba, Chhepal, Pemba y yo. Se nota el nerviosismo; el frio aprieta. No sé, pero rondara los 30-35 bajo cero. Nos equipamos y no me entra nada. Estoy algo nervioso; esto de las nocturnas en invierno son palabras mayores; no quiero pasar frio y perder la posibilidad de atacar la cumbre la siguiente rotación.
Partimos hacia C4 (7.950m). Nadie habla. La noche es oscura, mucho, pero las estrellas brillan.
Yo como siempre no he cambiado las pilas a mi frontal y no veo un carajo, ni que las pilas costaran millones!!. Soy de los que exprime todo al máximo. Contamos con pocos medios, por ejemplo me cabrea mucho que cuando estamos en el base nos dan de comer y queda la mitad de la comida en el plato!
Vamos a muy buen ritmo. Vamos demasiado rápido. Voy pasando el rato pensando mis cosas. Ay amatxu Maitia!
Nos adentramos en la sección de grietas que no son peligrosas, pero da la casualidad que me cuelo en una; menos mal que me quedé encajado con la mochila ya que la grieta no tenía fondo!!. Tu cuerpo se encoge, el nerviosismo trata de apoderarse de ti, tu corazón late con mucha más rapidez y tú te ahogas; es lo que sientes. Pemba que venía por detrás me echó un capote y cuando miro el agujero que ha hecho mi cuerpo rompo los bordes y veo una grieta muy peligrosa abovedada y sin fondo!; respiro y trato de concentrarme de nuevo y continuamos hacia la rimaya.
Las 3.00 de la mañana. El frio aprieta mucho más y empieza a soplar el viento; escalamos la rimaya de uno en uno; joer, me quedo helado; miro para arriba y veo una estrella, más hermosa que todas las demás y me pongo como objetivo alcanzarla. La noche es muy dura, por tanto uno tiene que matar el tiempo, motivarse, sentir lo que estás haciendo.
Ya en las primeras cuerdas fijas, trato de escalar con rapidez; que el frio no llegue a mis dedos y miro a esa estrella que por alguna razón que aun desconozco me protege; en una noche como ésta, estás tan cerca del cielo que parece que la pueda coger! Seré tolai! si están a millones de años luz!!
Son las 5.00 y estamos en C3 (7250m). Ya apenas siento los dedos de los pies, no soy el único. Todos aceleramos el ritmo y vamos lo más rápido que podemos para no helarnos. En una hora, el cielo no es tan oscuro y dejo de ver esa estrella más bonita sobre todas las demás.
Miro valle abajo y me quedo perplejo con el amanecer, probablemente sea uno de los más hermosos amaneceres que mis ojos han visto; la majestuosa estela del Chomolugma, las vistas … pero a su vez, el amanecer nos castiga, el viento sopla en todas direcciones y el frio gana en intensidad.
Aprieto los dientes y de reojillo miro de vez en cuando hacia el Valle del Silencio y disfruto del amanecer y de las vistas; consigo sacar las fuerzas y la determinación de continuar. A pesar de los riesgos que conlleva, pasamos las bandas amarillas de nuevo.
Hemos aprovechado unos 200 metros de cuerdas viejas repartidas en 6 fraccionamientos; se pone muy vertical. Miro hacia C2 constantemente y el sol aun no pega en C2. Son los momentos más duros, el viento nos castiga.
Por fin el sol en C2; eso quiere decir que son las 9.10 y estamos a unos 7.800 metros; hemos dejado a nuestra derecha el C4 del Lhotse, y aun a la sombra, son ya 8 horas a oscuras primero y en la sombra.
Voy a tirar de recursos y hay uno que nunca falla. Es muy doloroso pero merece la pena: me pongo de rodillas en el suelo y corto la circulación de la sangre durante unos minutos hasta que de repente empiezo a sentir unos calambrazos poco dolorosos; esa es la señal. Entonces me incorporo y la sangre empieza a fluir de nuevo; solo recordar el dolor que pasé, me da cosa; se me caían las lágrimas del dolor, pero cuando el dolor desaparece puedo sentir hasta la planta del pie.
No es hasta las 11 de la mañana que el sol aparece y por fin nos calentamos; flanqueamos por una franja de nieve el espolón y ya vemos el Collado Sur. Por fin!! 7950m!
dejo los 15 kg que porteaba entre tienda, gas, cuerda y arranco para abajo con Chhepal (dependencia Bendita; invisible cadena que me ata a la vida; y en momentos oscuros, palmadita en la espalda y ya estoy más seguro!!).
Concentración al 200% para el descenso; rapel a rapel, empiezan a caer piedras, sobre todo los últimos 300 metros de fraccionamiento en fraccionamiento. No miro con mis ojos lo que hago, tan solo miro pendiente arriba para evitar que una de esas piedras me abra la cabeza. Último rapel; por fin! Miro arriba y aún no veo a Nurbu, Nuri y Furba. Chhepal y yo cruzamos el glaciar.
Yo mismo me asombro: estoy agotado; si cierro los ojos, ya que me duelen (toda la noche iba sin gafas) y ahora si cierro los ojos para aliviar un poco el dolor, me quedo dormido, aunque sea de pie, y aún saco fuerzas de no sé dónde para recuperar mi segundo trofeo en esta expedición: me gustan las cosas antiguas y en casa ya tengo tres y esta es la segunda botella de oxígeno antigua que recupero.
Está en un penitente a unos 4 metros del suelo y hago un esfuerzo sobrehumano para recuperarla; acabo derrotado y me quedo sentado deslinado, mientras Chhepal me mira atónito pensando qué hostias hará este loco!; Con la soba que nos hemos dado hoy, no creo que sea la única vez que piensa eso de mí.
Llegamos a C2 y lo tengo claro; le digo a Chhepal que es mejor bajarse al Campo Base. No me cree ya que no dice nada; dice que se va a descansar. En 15 minutos tras beber algo me preparo para descender ya que son 25 km hasta campo base. Y a pesar de estar agotado, con los años aprendes a medir tus fuerzas, así que sabía que podía llegar a no ser que la cascada estuviese colapsada de nuevo.
Dentro de lo que podemos aquí tratamos de pensar y medir todo, aunque en un reto como éste, si de verdad quieres alcanzarlo, toca emplearse al máximo. Y quizás abrimos puertas que no deberíamos de abrir.
Comento a Chhepal y me pide el walki; creo que trata de frenarme en mi idea, pero le digo que esté tranquilo. Le digo que en las secciones peligrosas pasamos de uno en uno, verdad? Le digo que voy bien y que es el cumpleaños de Pablo y que no se preocupe;
Son las 14.45. Apretando se puede llegar al anochecer al depósito y es ese el objetivo. Y tan solo pienso en que la cascada no se haya caído. Habría que subir otra vez. Además mañana entrará el viento huracanado por lo que lo mejor es bajarse de aquí cuanto antes.
Siempre me marco pequeños objetivos y los repechos que me faltan me los tengo memorizados ,como casi toda la ruta. Por fin en el depósito ya de noche, donde Aitor ha venido con una Coca Cola y nuestra perrita Gatz.
Después a atravesar la morrena en la que vivimos, hasta llegar por fin a campo base, al calor del mejor hogar del mundo en estos momentos. Me siento y caigo, me duelen los pies; las puntas de los dedos agrietados del intenso frio y del trabajo que llevamos realizado; los ojos, los labios, … Estoy hecho un Cristo…18 horas después, pero feliz.
Una buena cena y una estupenda tarta de cumpleaños para Pablo nos hace sentirnos por unos instantes casi como en casa. Un cumpleaños muy especial que seguramente nunca olvidaremos… Y hoy que escribo esto, una vez más me sorprendo a mí mismo. Apenas he comido nada y he dormido 5 horas; no me siento cansado y el cuerpo me dice que venga, que la siguiente vamos para cumbre. Pronto tendréis noticias del ataque.
CRÓNICA | Cuando el sol cae, la vida muere
Si de verdad queremos subir allí arriba, tenemos que actuar cuando la vida muere. Es entonces, cuando debemos ser el buen equipo que somos y solo entonces sabremos si estamos lo suficientemente preparados y si estaremos a la altura, ¿Seremos capaces de vencer a nuestros miedos?
Son las 7.30 de la mañana y a pesar de que me gusta dormir, estoy aburrido de estar en el saco; tengo ganas de afrontar el día y de solventar los problemas que van surgiendo; de sentirme vivo.
La vida nace a las 9.30 con los primeros rayos del sol, que calientan, nuestros cuerpos entumecidos. Pero sólo para algunos ya que Aitor y Pablo no salen del saco antes de la diez o diez y media. Para esa hora ya estoy de vuelta y media. Todos los días les hago diferentes gamberradas para que salgan de sus tiendas: esto va para largo, me voy a tener que reciclar. je, je!!!
Desayunamos los tres juntos y planificamos el día y los trabajos que vamos a realizar. Aquí los día vienen y van en un abrir y cerrar de ojos. Pasamos una media de 12 horas dentro de nuestras tiendas personales tratando de mantener el cuerpo caliente.
A Pablo le gusta echar la siesta, pero se lo he prohibido y ya lleva dos días sin ella (y no la echa de menos). Ya pasamos demasiadas horas en ‘módulos de aislamiento’, como para además hacer horas extra!!!
Han venido a visitarnos Bea, Roger y Adrián. Gracias por vuestra ayuda y por haber compartido con nosotros momentos irrepetibles. Los amigos son parte esencial de nuestras vidas.
Las mañanas son poco productivas ya que se juntan los desayunos con las comidas. Comemos siempre a las 13.00 y yo diría que es entonces cuando arrancamos. Todos los días hay trabajo. Normalmente no damos abasto pero rara vez nos agobiamos. Siempre tenemos una sonrisa para regalarnos entre nosotros.
A Pablo le encanta bromear con Chhepal, Norbu… y yo me paso el día haciéndole bromas a Aitor y Pablo. Al pobre Pablo le escondo el teléfono y jugamos a frío, frío y caliente, caliente. Aitor, en cambio, le echamos a los tés y comida desde tabasco hasta pimienta. Qué paciencia tienen los dos!!!
He decir que estoy super orgulloso de ellos dos y del trabajo que están realizando. Tanto Aitor como Pablo son muy buenas personas, de esas que cuestan encontrar; les estoy muy agradecido por su participación en esta expedición y sobre todo por su paciencia.
Aitor tiene una niña de 9 meses. Se llama Erika y no hay un día que no nos hable de ella. La echa de menos, muchísimo. Pero junto con Aitor seguimos día a día su evolución. Hoy se ha bajado de la cama ella solita, pronto empezara a caminar!!
Como Erika, ansiosa por adentrarse en lo desconocido, por dar sus primeros pasos, nosotros nos morimos de ganas por salir de nuevo hacia arriba y recorrer esos primeros 25.000 pasos que nos separan del Campo 2.
Cuando el sol cae, son los momentos más duros del día. Una vez más he de reconocer/sincerarme que el Sagarmatha (Everest) sabía que veníamos. Los ideales son pacíficos pero la historia es violenta y cruel.
Antes de salir de expedición, mi intuición me decía que este año iba a contar con muchas complicaciones. Hasta ahora, mi intuición no me ha fallado.
Pero esta vez una sencilla sopa me ha hecho cambiar ese sentimiento premonitorio. Aunque en este oficio nunca se sabe.
He de aclarar que por alguna extraña razón que desconozco, el simple hecho de tomarme una sopa en un campo base siempre lo he asociado a sentimientos muy negativos. En lo más profundo de mi subconsciente estará la clave del porqué de esta asociación.
Quiero creer que no estoy loco, pero por primera vez, las sopas que me he tomado durante esta expedición me han transmitido una sensación positiva y optimista acerca del devenir de esta aventura.
CRÓNICA | No soy un superhéroe
Tras dos días de descanso en el Campo Base, hay cambios en la parrilla de salida. Aún asimilando lo vivido allí arriba, es demasiado pronto para tomar conclusiones y menos aún para tomar decisiones.
Creo que no nos debemos de precipitar; acabamos de empezar; nos toca pensar con la cabeza fría, e intentar atinar con los partes meteorológicos. Que subir por las paredes, estará muy bien para ustedes, pero yo lo que pretendo es pararme un momento, para poder coger aliento.
Creo que la gente tiene una opinión equivocada hacia nosotros, de superhombres, de alocados, incontrolados, insensibles; de hombres de hierro (en mi caso de cemento) o quizás de no tener miedo a la muerte. Alguno incluso pensará que somos inmaduros.
Pero no es así. Sentimos, padecemos, sufrimos y no nos queremos marchar de aquí; pero asumimos el compromiso y el riesgo de nuestros actos, a veces, con más valentía, y en otras, con más acierto.
Me siento con mucha fuerza, con ganas de enfrentarme al Chomolugma, junto con mis amigos y equipo, que por cierto está funcionando a la perfección. He de agradecer a todos ellos uno por uno su trabajo, impecable, y dedicación.
Alex Txikon no es nadie, pero gracias a todos ellos aún seguimos soñando con poder subir allí arriba y allí abajo ya que sin ellos no estaríamos donde estamos, en la nada, en el silencio, en la más absoluta soledad.
Cada una de las veces que he pasado por debajo de cada uno de esos seraks desplomados, (esculpidos como obras de arte, tan hermosos, preciosos de verdad, espectaculares, pero a su vez tan peligrosos), mi garganta se estrecha.
A veces se hace incluso hasta un nudo en la garganta; se reseca la garganta; mi corazón se acelera, no porque acelero mi ritmo de escalada para estar menos tiempo debajo de estas obras de arte, sino por el miedo que siento.
Cada vez que he tenido que pasar debajo de cada serak, antes me he parado; respiras hondo, asumes el riesgo, pero siempre pides permiso a cada uno de ellos para que no se desquebraje, y acabes sepultado bajo cientos de bloques de hielo, ni tú ni ninguno de mis amigos y compañeros.
Es el mismo miedo que he sentido estos días atrás e incluso hasta ayer mismo, de no congelarme como aquella gélida mañana del día 23 por encima de los 7.500metros.
He de sincerarme y contaros que no ha sido hasta ayer mismo, es decir más de 24 horas después de haber bajado, que no he tenido la valentía de quitarme los calcetines: por cobardía. Sí, por miedo a no verme los pies, pensando que pueden estar congelados. Ahora, apenas me duelen, pero el dolor ha sido tan intenso que he temido que todo acabe aquí.
Por tanto, no existen los superhombres, ni las super mujeres. Yo, al menos, no soy uno de ellos. Mirar que miedoso que soy, y no será ni la primera ni la última vez que me dará miedo quitarme los calcetines; puesto que yo no soy un superhéroe.
CRÓNICA | 6 días agotadores acaban en una llegada terrorífica
Tras 6 días fuera de casa (del CB) y una llegada terrorífica, es tiempo de reflexionar. La fatiga acumulada y las situaciones extremas me han pasado factura y dificultan mi descanso. Por lo tanto, a estas horas de la madrugada, he querido sacar todo lo que llevo dentro y haceros participes de lo vivido durante estos últimos días. ¡Espero que lo disfrutéis conmigo!
El día 17 salen Carlos y Chepal para el C1 a 6050 metros para pasar su primera noche de altura para ambos.
Quiero destacar la labor de 10 personas para equipar en tan solo 6 días la famosa cascada del Khumbu, peligrosa, exigente y que requiere de muchísimo compromiso. Ha sido llevada a cabo por 8 escaladores nepalíes, 2 ice doctors (Nima y Ghense), 6 escaladores amigos (Norbu, Nuri, Chhepal, Furba, Lakpa y Pemba) más Carlos y yo.
6 días muy intensos de mucho peso a cuestas y de equivocarnos mucho, pero con motivación y cariño hemos salido para adelante. No es hasta el día 19 nuestra partida, Nuri Norbu Furba y yo salimos a las 7 de la mañana y en 4 horas alcanzamos el c1a 6050 mt.
Los 4 porteamos más de 30 kg, cada uno 400 metros de cuerda, escaleras, etc. Llegamos a C1 y Chhepal y Carlos ya han arrancado, para c2 a 6400 mt. El viento sopla muy muy duro, nos tenemos que tirar al suelo con las fuertes ráfagas; vamos solventando los diferentes obstáculos que el glaciar nos propone; solventando grieta a grieta y al menos hemos tenido suerte o hemos calculado bien: ha sido necesaria hasta la última escala, una vez superada la última grieta sin fondo, nos adentramos en el valle del silencio, que hoy de silencio más bien tiene poco, ya que el viento apenas deja que nos escuchemos entre nosotros, los 6 escaladores estamos remontando por primera vez está pendiente muy tendida. Norbu, Nuri, Furba, Chhepal y yo.
Yo pensé que los dos Ice Doctors, nos irían a acompañar a c2, pero esta vez, o en esta expedición va a ser que no, por tanto de c1 en adelante nos quedamos 8 escaladores, Norbu, Nuri, Furba, Chhepal, Lakpa, Pemba, Carlos y yo.
Seguimos ascendiendo vamos los 6 con mucho peso, y el viento sopla con mucho mayor intensidad, veo que algo no marcha bien, Carlos va sufriendo mucho, va con más de 30kg, quizás eso sea, al llegar a c2, montamos las tiendas en condiciones bastante duras.
Pasamos los 6 la noche lo mejor que podemos, Norbu, Nuri, Chhepal, Furba Carlos y yo. al día siguiente el día amanece frío, pero nuestra motivación esta tan alta, que esta vez de los 6 integrantes del grupo, tres decidimos empezar las labores entre C2 a 6400mt y C3 a7300 mt. partimos Norbu, Nuri y yo, muy muy pero que muy cargados y el resto descansa en c2.
Salimos del c2, con miedo ya que igual que días anteriores nos adentramos en lo desconocido, estamos en invierno y los tres solitos, atravesamos el glaciar y a unos 6700 mt, nuestro primer problema del día, la rimaya, nos cuesta más de dos horas, visualizar, entender y después atacar el flanco más débil de la rimaya y por supuesto la más segura. Empezamos a equipar, nos vamos relevando y alcanzamos unos 6900 metros más o menos calculo. El día es regularzillo, nos bajamos muy muy rápido a C2. al llegar a C2. Nos encontramos con Chhepal, Furba y Carlos, que están de descanso y con Lakpa y Pemba que suben más material, cada uno porta 400 metros de cuerda. portanto los 8 en C2. Estos 8 escaladores trabajaran de CB hasta C2: Norbu, Nuri, Chhepal, Furba, Lakpa, Pemba, Carlos y yo.
Pasamos una noche bastante buena, y muy unidos un equipo bueno y con muchas ganas, un equipo de esos que cada uno sabe lo que tiene que hacer, Carlos pasa la noche regular, pero para suerte de todos decidimos descansar el día 21 tras dos intensas jornadas para todos, y hay que tener en cuenta que era la 4 noche de Carlos y Chhepal en altura, no es descanso completo ya que movemos nuestro c2, de ubicación, 10 minutos caminando más arriba el c2 es un campo hostil, al menos ahora gélido y sombrío apenas 4 horas y media de sol. Algo no marcha bien, carlos ha empeorado, hemos caminado 10 minutos y a Carlos le cuesta 5 veces más; apenas camina 6 pasos. Comunico con la base. Creo que acertamos Aitor, Carlos y yo.
En su evacuación, agradecer al piloto y a Seven Summits su rapidez y agilidad en esta maniobra peligrosísima de evacuación de Carlos desde 6400mt. Un vuelo altamente peligrosísimo.
Cuando oímos el heli a eso de las 16.30 yo no daba crédito a lo que estaba sucediendo; era un milagro hecho realidad, menos mal, ya que una noche más para Carlos hubiera sido muy dura y creo que no hubiera tenido las fuerzas suficientes para descender a CB.
Todo el protocolo que hemos seguido ha sido duro intenso y de un desgaste altísimo. Finalmente el helicóptero pone rumbo a CB junto con Carlos y el piloto y con ello se desvanece todo nuestro plan inicial y el equipo queda muy tocado pero no hundido.
Carlos, nos has dado mucho tu motivación he ilusión y ganas de afrontar dice mucho de ti, pero como persona eres un tío grande muy grande, te echamos de menos Carlitos
Nuestra 3 noche en c2,la expedición ha dado un vuelco, nos juntamos los 7 escaladores, y finalmente decidimos salir por la mañana, una vez sabida la situación de Carlos, se encuentra en Lukla bien y contento, eso me cuenta Aitor desde CB. partimos pues en la mañana del 22 hacia c3 a 7300 o 7400mt.con la intención de llegar a c3 y montarlo y dormir allí, el día es muy duro, demásiau viento pero partimos, siendo tan ingenuos de que el viento amainara
Partimos, Norbu, Nuri, Chhapal y yo los 4, vamos nuevamente muy muy cargados y después de un gran trabajo y esfuerzo de portear y equiparnos encontramos dentro de una minúscula tienda de campaña en c3 entre 7300 y 7400 metros. con unas ráfagas de viento muy muy intensas, y con el crujido de un serak que nos está acechando.
Una noche muy muy dura con mucho frío y sin poder dormir por el fuerte viento, sabemos que no va a ser sencillo, ni fácil , pero nos esperan momentos muy muy duros, la mañana del día 23 es despejada y con poquito viento, al menos esa es la tendencia, nos levantamos a las 6.
Jaaa!!, Cualquiera sale del saco de dormir con la que está cayendo! Aitor y Pablo desde el base me contaron ayer que menos 30 a menos 35 y viento ligero. Claro en C3 no nos pegará el sol hasta las 11 de la mañana, y en efecto así fue.
Chhepal no se encuentra bien y decide bajarse, por, tanto, nos quedamos Norbu, Nuri y yo. Salimos los tres de c3 con intención de equipar tofo lo que se pueda. Dios mío, que equivocación salir sin sol!! Mira que se lo digo a Norbu y Nuri!
Empezamos a escalar y apenas puedo mantener el calor en dedos de las manos y de los pies. Nos la estamos jugando. Qué hora tan larga y con el sol no os penséis que cambia mucho la cosa! . El frío es muy intenso y el viento empieza a soplar. Tanto Norbu como Nuri quieren subir a la cumbre del Sagarmata 8848 mt.
Norbu la ha escalado 7 veces, Nuri 3. Pero les encantaría hacerlo en invierno, por tanto apretamos lo dientes y los tres a una. Vamos progresando y ganando metros. Los tres escalamos sin uso de oxigeno artificial. Calculo 7500. Más tarde 7600, sobrepasamos la bandas o franjas amarillas estaremos muy muy altos a unos 7800 metros o quizás. Nos encontramos bien contentos y muy felices de lo que estamos haciendo un equipo muy reducido, con muchas carencias para semejante empresa.
Descendemos lo más rápido que podemos rapelando por las cuerdas fijas con un dolor tremendo en nuestros gemelos, y dedos de los pies principalmente. Rapelamos la rimaya y Furba se acerca a nuestro encuentro con algo de agua y té caliente. Nuestros cuerpos doloridos y maltratados lo agradecen y es tan grande el orgullo y satisfacción por el trabajo realizado que el agotamiento o cansancio parece no florecer en nuestros cuerpos.
Llegamos a C2 y Lakpa y Pemba han cocinado un dallbhat, arroz con lentejas. Joer qué pasada llegar a c2 desde 7800 y encontrarte con semejante manjar a 6400 mt. Comunico con el base y hablo por radio; Carlos está en Katmandú. Estoy contento y feliz aunque sigue en el hospital. Qué bien, ya que todo el día rondando en mi cabeza.
Comemos el dalbhat y nuestros cuerpos caen rendidos como en una maldición. una maldición a la que tenemos que salir nosotros solitos. La mañana del 24 despejada como casi siempre fría pero los rayos del sol calman nuestro cansancio y hacen más llevadero estos momentos. Nos levantamos a las 8, recogemos todo.
Y nos ponemos en camino los 7, Norbu, Nuri, Chhapal, Furba Lakpa Pemba y yo. Bajamos muy rápido por el valle del silencio; marcamos con cañas de bambú el glaciar. Me gusta más siempre marcarlo de descenso ya que siempre depuras en errores o trazas mejor dicho la ruta. Qué contentos que vamos!
No llegará a una hora desde C2 a C1, comento que llegamos para el ‘hamaiketako’ y me emociono tengo ganas de bajar a CB, y contarles los momentos del recate de Carlos a Pablo y Aitor y si hice lo correcto. Empiezo literalmente a correr para abajo por las cuerdas fijas.
Y de repente, la maldición: estamos solos solitos y la cascada se ha caído!! Nadie dijo que iba a ser fácil, ni sencillo, pero sí que el compromiso iba a ser muy alto y que nos tendríamos que buscar nosotros mismos las castañas del fuego; estamos con la ruta colapsada en un sitio peligroso muy difícil. Y cómo continuar con el material que tenemos?
Estoy entre nepalíes. Tras hablar por Walki no hay rostros muy positivos o expectativas alentadoras. Creo que quieren regresar a c2. Oigo la palabra vivac, y sugiero, “estamos solos no?” ya que de los dos ice doctor que han currado super duro durante 6 días, Nima se ha marchado a casa y Gelchen solo no va a poder ayudarnos. Por tanto, “nos toca buscarnos la vida”. Se hace el silencio.
Propongo primer plan, muy kamikaze: jugarnos el tipo pasando debajo de los seracks del Everest que escupen constantemente. Es muy poco tiempo debajo de los seraks. Finalmente lo descartamos. Menos mal que el tiempo es favorable!!!
Me ato a una cuerda y me aseguran y trato de buscar una salida en este dichoso laberinto, tratando de escapar de esta maldición. Es una locura estamos jodidos!!! Piensa Alex, piensa!! Doy con una posible salida peligrosa pero al menos no Kamikaze. Doy el relevo a Nuri y por finnnn! Juju! ya se acabó nuestra maldición.
Pero nuestra maldición no ha hecho más que empezar. En tres ocasiones más, la cascada está completamente colapsada y nos toca buscarnos la vida. Ya que estamos los 7 solitos y lo hemos hecho una vez, vamos a poder tres veces más!!
Y así de sencillo lo que iba a ser una vuelta a casa sencilla ha sido todo un día de esfuerzo buscándonos la vida con los recursos e ideas que aportamos cada uno de nosotros. En la primavera hay mucha gente transitando esta cascada. A diferencia de ahora creo que 20 escaladores ice doctors se encargan del mantenimiento. Para cuando esto sucede, nosotros hoy estábamos y estaremos solos!! Por tanto, esto sirve de aprendizaje y de que entre c1 y cb también estaremos solos. Nadie nos dijo de que iba a ser sencillo, pero estamos aquí, por la hermosura del invierno y su soledad!! Veremos de lo que somos capaces!
Norbu antes de llegar al último rappel me dice: ”Alex, sabes qué? Creo que hace más de 20 o 30 años que ningún occidental ha hecho lo que estás haciendo tú”. Lo pienso y creo que no será así pero le contesto que me gustaría subir allí arriba y bajar Y al bajar todos, será cuándo hayamos hecho el Sagarmata. Y para ello hay que trabajar duro muy duro.
Le abrazo a él primero y después uno por uno al resto del equipo. Les agradezco su trabajo uno a uno, me emociono y les digo que creo que lo estamos haciendo bien. Eso creo.
Ahora aquí es muy tarde, pero estoy muy a gusto escribiendo para todos vosotros. Os tengo aquí conmigo.
Muchas gracias!
VÍDEO | Recuperados del susto; seguimos adelante
Desde el C3 del Everest le mando toda mi fuerza a Carlos Rubio, gran compañero y amigo, que ha tenido que ser evacuado a un hospital de Kathmandu a causa de un proceso inflamatorio pulmonar. Se encuentra estable y me consta que está bien, pero desde aquí le echamos mucho de menos, puesto que ha trabajado como un campeón y estoy realmente orgulloso de él. Mañana intentaremos equipar hasta C4, con toda la fuerza que él nos ha transmitido. En definitiva, sin ti Carlos, este sueño no sería posible.
Por cierto, cuando le evacuaron a Carlos, con las prisas, se llevó el Racetracker en una bolsa y por eso no aparece nuestra ubicación, pero que sepáis que seguimos aquí al pie del cañón. Muchas gracias a todos y todas!
VÍDEO | Trabajando duro entre el C2 y el C3 (7000 m)
Hemos trabajado duro y nos encontramos descansando alrededor de los 7000 m. Ayer llegamos al Segundo Campo de Altura para comenzar a equipar lo máximo posible hasta final de semana. ¿Queréis saber que se siente al tener que pasar, otra vez, por el peliagudo “Corredor de la muerte”?
Aquí os dejo con unas maravillosas imágenes de los compañeros de Avista multimedia de la mano de Aitor Barez y Pablo Magister.
El viento es realmente fuerte, pero con sosiego y buena planificación estamos haciendo un muy buen trabajo, nos sentimos fuertes y estamos muy contentos con el transcurso de la expedición.
Espero que vosotros también lo estéis disfrutando, cada día, a través de mis redes sociales.
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CRÓNICA | ¡Ya estamos en el Primer Campo de Altura (6050m)!
Tras cuatro etapas de trabajo equipando la cascada de hielo del Khumbu, ayer que el viento nos concedió una ventana de buenas condiciones, ascendimos y pasamos la noche a 5870 metros, en un campo 1 provisional, pero al no ser el mejor lugar, hoy, 14 de enero, hemos subido a 6050 metros a montar aquí el Primer Campo de altura (C1). En estos momentos, el termómetro marca una temperatura de -30º.
Han sido días duros, porteando muchísimo peso a nuestras espaldas. A unos 5500 metros, los seracs empiezan a ser más interesante, pero no son peligrosos. En términos generales, el trabajo por ganar metros empieza a ser más laborioso. A 5600 metros pasamos por debajo de un serac que no me aporta nada de confianza, pero soy optimista y lo afronto sin piedad. En ese momento, nos adentramos en un tramo de bloques y bolas de hielo. Es el principio de un tramo de 150 metros al que he denominado “el corredor de la muerte”. Una zona que hace que el aliento se congele, y que nuestros corazones latan aun más rápido. La verdad es que impresiona muchísimo, puesto que a ambos lados los seracs no dejan a nadie indiferente. Sin duda alguna, hemos hecho el esfuerzo de controlar y afrontar nuestros miedos.
El día 10, en la cuarta etapa, todo el equipo nos organizamos para coordinar el equipamiento de la manera más efectiva posible, por lo tanto, nos repartimos en dos grupos para afrontar una nueva jornada, y en mi caso, fui en el segundo grupo porteando material. Cogí aire y porteé 4 escaleras al hombro y un rollo de cuerda, en total, unos 25 kg. Llegamos al mismo sitio que el anterior día, a unos 5775 m. Otra jornada muy agotadora, pero porteando muchísimo material y filmando para el documental. Una vez hecho el porteo y al pasar por segunda vez por el “corredor de la muerte” impresiona aún más. Descendemos a las 18:30 al Campo Base y antes de meternos en el saco, el termómetro marca menos 23 dentro la tienda, escalofriante solo verlo.
Respecto al día de hoy, 14 de enero, hemos salido pronto desde el C1 provisional y hemos ascendido hasta los 6040 m para montar aquí el Primer Campo de Altura (C1). Pensaba que íbamos a tardar menos, pero hemos encontrado muchas grietas y se nos ha hecho más complicado de lo previsto. Sin embargo, lo hemos conseguido con efectividad y descansaremos aquí esta noche.
Para finalizar, os presento al equipo completo que trabajará del Campo Base hasta el Segundo Campo De Altura (C2).
De izquierda a derecha: Nurbu, Purba, Chappal, Alex, Carlos, Nuri, Pemba (ice doctor), Chindu, Lakpa, Nima (ice doctor).
VÍDEO | La cascada de hielo del Khumbu, Everest
Seguimos trabajando duro en la cascada de hielo del Khumbu. De momento, llevamos cuatro días porteando escaleras, y transportamos más de 30 kg cada uno. Hay tramos muy peligrosos y hay que tener mucho cuidado.
Os dejo con este bonito montaje que refleja a la perfección el laberinto de caos de hielo que estamos atravesando. ¡Disfrutárlo!
CRÓNICA | Hemos empezado a equipar la cascada de hielo del Khumbu
Llevamos dos días equipando la cascada de hielo del Khumbu –entre el Campo Base y el Campo 1-. La verdad es que es lo que más miedo me da de la escalada al Everest, no quiero que nos atasquemos y estemos un mes equipándola. Hay que trabajar mucho, subiendo un montón de escaleras. En pocas palabras, hay que equipar un laberinto de un caos de bloques de hielo penitente.
Tenemos que transportar mucho peso entre Carlos y yo, y lo podéis ver en el Racetracker las vueltas que estamos dando para arriba y abajo. Para seguirme en directo: http://racetracker.es/rt/everestwinter
Creo que estaremos alrededor de un mes trabajando entre el Campo Base y el Campo 2; es decir, desde los 5250 metros a los 6.400 del C2. Por lo tanto, tenemos un largo camino por delante.
Hace muchísimo viento, se nos rompieron dos tiendas en el Campo Base; aun así salimos para arriba. Tiene su riesgo la cascada, pero vamos poco a poco, con cautela. Por ahora, hemos llegado a los 5600 metros y ya hemos fijado 700 metros de cuerda.
Los 11 escaladores estamos trabajando realmente duro; hay que portear mucho peso y el terreno es técnico, difícil y exigente.
Cuando el viento nos de tregua, volveremos de nuevo. La verdad es que me encuentro con fuerzas y estoy muy motivado. ¡Muchas gracias a todos!
CRÓNICA | Los primeros dias en el Campo Base (5.250 m)
El Campamento Base (5.250 m). Nuestra casa y habitaculo durante las próximas semanas. Es un verdadero lujo ser la única expedición en el CB; puesto que durante el año, suele estar masificado. Pero, por suerte, en invierno, somos los únicos habitantes a los pies del techo del mundo.
5 de enero, primer día en el Campo Base. Montamos todas las tiendas, ponemos cada cosa en su sitio, nos aclimatamos a dicha altura, y comenzamos, en la medida de lo posible, a crear un espacio acogedor en el que poder sentirnos como en casa.
6 de enero, hemos amanecido con fuerza tras la primera noche en el CB y nos hemos dispuesto a preparar la Puya, una celebración budista para atraer a la buena suerte. Hemos depositado nuestro material (botas, crampones…) y los hemos bendecido. La verdad es que… ¡hemos vivido momentos muy emocionantes!
Aquí, tenemos una temperatura entre los 14-18 grados bajo cero, y disponemos de varias horas de luz; concretamente, entre las nueve y media de la mañana, y las cuatro de la tarde; ¡un valor incalculable para nosotros!
Tengo muy buenas sensaciones, me siento con mucha fuerza y ganas. Esto es duro, hay que trabajar muchísimo, pero estoy muy contento; con confianza.