Hoy día 2 de Febrero todo parecía a nuestro favor: llevamos a cabo la puya, ceremonia budista, como es costumbre una vez que está el equipo reunido al completo. Sin embargo, aunque para nosotros la expedición al Everest invernal comenzó el día 31 de enero, el equipo local de logística y escaladores partió de Katmandú el día 28 de diciembre, a excepción de Norbu, que salió el día 6 de enero. El día 7 de enero fijaron el Campo Base, pero el fuerte viento, que casi destruye todas las tiendas, les hizo retroceder a Gorak Shep durante 4 días. De regreso, han realizado grandes avances: han fijado 2000 metros de cuerda entre CB y C1 (a 6050m) con 11 tornillos de hielo, 25 estacas y 47 escaleras (estas últimas, aun sin fijar)
Ayer, día 1, subimos hasta el Campo 1,depositamos las tiendas Ferrino que utilizaremos y una buena cantidad de cuerda. De momento no se ha pasado del Campo 1, aunque tenemos idea de partir rumbo al Campo 2 el día 4.
Hoy, junto con Jonatan, subimos a fijar un par de escaleras necesarias en la zona baja de la cascada, ya que ayer nos dimos cuenta de que en cuestión de días no podríamos flanquear unas grietas que se abrían en esa zona. Portear escaleras de aluminio por la cascada de hielo del Khumbu es trabajoso y difícil; en realidad, todo el trabajo de equipamiento en la inmensa cascada es complicado y requiere mucha experiencia. Nosotros, en nuestro tercer invierno aquí, ya sabemos bien de lo que hablamos. Podemos decir que algo sabemos de esto.
Salimos del Campo base después de comer y una hora más tarde estábamos en la zona donde hemos fijado las escaleras. Cuando estábamos trabajando hemos oído un estruendo y el puente de hielo en el que nos encontrábamos ha cedido… y Jonatan se ha precipitado en la grieta. Cuando se ha hecho el silencio, le he visto colgando a unos 12 d¡metros de profundidad. Menos mal que llevaba la Microtraxion de Petzl en el arnés y enseguida Jonatan veía nuevamente la luz. Hemos solicitado un rescate para mañana ya que le cuesta respirar y tiene como mínimo fisuradas un par de costillas.
Todo ha quedado en un gran susto y con suerte mañana estará en Katmandú, pero es una gran pérdida en el equipo: Jonatan ha hecho un esfuerzo enorme en el Ama Dablam, donde lo dio todo a pesar de llevar los pies “justos” de frío. Ha mostrado una motivación inquebrantable y solidez a la hora de actuar. Ahora está descansando y se encuentra bien aunque dolorido.