El XIX. Festival de Cine de Montaña de Ladek-Zdrój (Polonia) me ha dejado recuerdos inolvidables, entre los cuales guardo con especial cariño los gestos de reconocimiento recibidos y la enorme afición a la montaña que caracteriza a las gentes polacas, así como las formidables intervenciones de los veteranos Kurt Diemberger y Wojciech Kurtyka ‘Boitek’. Con 82 y 67 años respectivamente, estos dos mitos del alpinismo derrochan vitalidad a raudales y son, no cabe la menor duda, un claro ejemplo de compromiso, buen hacer y humildad. Tanto yo como los cientos de personas allí reunidas seguimos ensimismados el relato de las hazañas llevadas a cabo por estos dos curtidos montañeros en una época en la que el alpinismo respiraba algo más de romanticismo.
La visita a las Adrspach Rocks junto a Maciek Ciesielski y Raphael Slawinski es otra de las experiencias bonitas que me ha regalado este viaje. En la frontera entre Polonia y la República Checa existe un lugar muy especial: es un conjunto de paredes de arenisca con forma de tótem. Fueron los alemanes quienes en 1960 coronaron por primera vez una de estas torres; pero son muchísimas las que aún quedan por hollar.
Sin embargo, resulta llamativo que los escaladores locales y todo aquel que se acerca a este lugar sigue respetando el estilo que emplearon los pioneros. En Adrspach Rocks, los seguros están en lo alto o, en el mejor de los casos, a unos cuántos metros del suelo, por lo que se debe ascender empotrando la cuerda en las fisuras evitando así que estas se resquebrajen. El nivel de exigencia, por lo tanto, es muy elevado, incluso afirmaría que el/la que escala aquí puede hacerlo en cualquier otra pared del mundo. Es la consecuencia a la que llegamos el guía de montaña polaco Maciek Ciesielski y el canadiense Raphael Slawinski (Piolet d´Or 2014 por la primera ascensión al K6) durante nuestra visita.
Una escapada muy recomendable.