Hacia las 15:30 de la tarde hemos decidido emprender el descenso hacia el campo II, a pesar de que aún disponíamos de algunas horas más de luz. Lo cierto es que estamos bien, pero muy cansados. Han sido más de siete horas de trabajo bajo temperaturas heladoras propias de días sombríos como el de hoy.
Calculamos haber alcanzado los 6.500 metros de altura habiendo fijado unos 500 metros de cuerda a través de un terreno mixto de hielo y roca al principio, y hielo vivo después.
El plan que barajamos para mañana consiste en seguir avanzando hacia el campo III; en principio, disponemos de buen tiempo hasta última hora del sábado. Sin embargo, será mejor esperar a pasar una noche más por encima de los 6.000, ver cómo nos sentimos mañana y tomar la decisión de seguir adelante con el programa o regresar en base a esas sensaciones.