No ha podido ser. La Gran Torre del Trango tendrá que esperar.

A continuación os dejo el texto que hemos escrito Ekaitz, Pelut y yo sobre la renuncia a intentar la vía ‘Bushido’

“Hola a todos desde el campo base de la Gran Torre del Trango. No os vamos a ocultar que estamos viviendo momentos duros. Muy duros Cuando has puesto todo tu empeño, toda tu ilusión y muchos meses de trabajo en un proyecto de la magnitud de este y no puedes concluirlo con éxito el palo es muy grande. Y más si no ha sido la montaña la que nos ha echado atrás. Hemos hecho 20 largos y hemos montado hasta el C3, a 5.200 metros, todo ellos en apenas once días de escalada, ocho de ellos metidos ya en la pared. Nos quedaba lo más difícil, pero habíamos hecho lo más complicado de la vía ‘Bushido’, que os habíamos propuesto escalar.

Así que la sensación de decepción es muy fuerte. De decepción, no de fracaso. Porque en una escalada de estas características entran en juego muchas variables además de la propia dificultad técnica de la pared, que también la tenía, por supuesto. El estado de ánimo de los alpinistas, su motivación, su salud o unas expectativas no cumplidas de cualquiera de ellos son elementos que también juegan en esta compleja partida que supone una pared de ‘big wall’ como la cara Noroeste de la Gran Torre del Trango. Son aspectos que pueden dar (y de hecho dan) al traste con una expedición como esta. Y eso es lo que nos ha ocurrido.

Una expedición con una logística tan compleja como esta, en la que además de escalar nos habíamos propuesto retransmitirla casi en directo a través de la redes sociales, no hubiese sido posible sin el Pelut, ni antes ni durante la escalada. Desde un principio ha sido un elemento fundamental en el proyecto. Sin él no tenía sentido. Y creo que todos estamos de acuerdo

también en que escalar no es solo una actividad física, sino (sobre todo) un estado de ánimo. Y cuando ese ánimo falla, la motivación se desploma. Y eso es lo que le ha pasado al Pelut. Nada más llegar la campo base una anginas le dejaron fuera de combate durante varios días, y luego, ya en la pared, no ha acabado de sentirse cómodo en ningún momento. La vía no ha sido para él lo que esperaba y la entrada del mal tiempo ha sido la puntilla. Hace tres días nos comunicó a los otros dos miembros del equipo que no quería continuar, que la expedición había acabado para él. En el texto que envió por whatsApp lo explicaba perfectamente.

La decisión para él ha sido muy dura porque era consciente de las consecuencias. Pero los otros dos miembros de la expedición hemos respetado escrupulosamente su decisión. No podía ser de otra forma. Los tres tenemos muy claro que una escalada como esta no se puede afrontar sin motivación. Y que la cordada era de tres personas. Desde el principio hasta el final. Así que el lunes decidimos bajar y ayer retornamos al campo base. Son momentos de reflexión y de tomar nota de lo vivido, porque somos de los que pensamos que la vida te enseña más de las decepciones que de los éxitos.

Un fuerte abrazo a todos desde el campo de la Gran Torre del Trango y muchas gracias por habernos seguido en esta increíble aventura”.