Alex y Ekaitz escalan la vía ‘Eternal Flame’ de la Torre Sin Nombre en 36 horas

No os podemos dar más información porque ha sido una llamada poco después de las seis de la tarde (9 de la noche en Pakistán) de menos de un minuto desde la cumbre, pero la noticia es que Alex y Ekaitz han escalado la vía ‘Eternal Flame’ de la Torre Sin Nombre en apenas 36 horas. Ha sido una verdadera carrera contra el reloj, porque partieron ayer a las seis de la mañana y mañana tienen que estar de vuelta en el campo base porque llegan los porteadores para volver a casa.

Estas han sido sus palabras desde la cumbre; “¡¡Kaixoooo!! Acabamos de llegar a la cima. ¡Estamos en la cumbre de la Torre Sin Nombre!. Salimos ayer a las seis de la mañana. Hemos descansado unas horas en la ‘sunny terrace’ y hemos seguido hasta arriba del tirón. Nos han salido 29 largos. Es una vía increíble, preciosa, aunque ha sido muy muy duro, pero ha merecido la pena. No se puede comparar pero nos hemos sacado la espina del mal sabor de boca que nos quedó tras bajarnos de la ‘Bhusido’. ¡Y te dejo porque hace un frío que pela!”.

Alex Txikon y Ekaitz Maiz tomaron la decisión de intentar ‘Eternal Flame’ durante el descenso de la Gran Torre Sin Nombre el pasado miércoles. Aunque decidieron que iba a ser una escalada para ellos, introspectiva, después de la frustración que les había producido tenerse que bajar de la vía ‘Bushido’ en la cara Noroeste de la Gran Torre Sin Nombre (2.686 m.). Por eso no quisieron anunciarlo con antelación. Y de ahí lo inesperado de su llamada hoy a las seis de la tarde. Su reto era complicado, pero lo han conseguido.

‘Eternal Flame’ es una de las vías más históricas de la escalada en las grandes paredes. Fue abierta en 1989 por los alemanes Kurt Albert, Wolfgang Güllich, Christof Stiegler y Milan Sykora. Con 1.000 metros de longitud, fue una vía visionaria, con dificultades en libre de 7b+ (impensable para la época en una gran pared) y A2.

Tendremos que esperar a su regreso al campo base para conocer más detalles de la escalada, que es una de las más rápidas en las que se ha hecho nunca ‘Eternal Flame’. Para que os hagáis a la idea, el riojano Rubén Pérez ‘Ino’ y el catalán Paco Rey la escalaron también la semana pasada y tardaron 5 días.

¡Zorionak para Alex y Ekaitz!

 


Adiós a la Gran Torre del Trango

No ha podido ser. La Gran Torre del Trango tendrá que esperar.

A continuación os dejo el texto que hemos escrito Ekaitz, Pelut y yo sobre la renuncia a intentar la vía ‘Bushido’

“Hola a todos desde el campo base de la Gran Torre del Trango. No os vamos a ocultar que estamos viviendo momentos duros. Muy duros Cuando has puesto todo tu empeño, toda tu ilusión y muchos meses de trabajo en un proyecto de la magnitud de este y no puedes concluirlo con éxito el palo es muy grande. Y más si no ha sido la montaña la que nos ha echado atrás. Hemos hecho 20 largos y hemos montado hasta el C3, a 5.200 metros, todo ellos en apenas once días de escalada, ocho de ellos metidos ya en la pared. Nos quedaba lo más difícil, pero habíamos hecho lo más complicado de la vía ‘Bushido’, que os habíamos propuesto escalar.

Así que la sensación de decepción es muy fuerte. De decepción, no de fracaso. Porque en una escalada de estas características entran en juego muchas variables además de la propia dificultad técnica de la pared, que también la tenía, por supuesto. El estado de ánimo de los alpinistas, su motivación, su salud o unas expectativas no cumplidas de cualquiera de ellos son elementos que también juegan en esta compleja partida que supone una pared de ‘big wall’ como la cara Noroeste de la Gran Torre del Trango. Son aspectos que pueden dar (y de hecho dan) al traste con una expedición como esta. Y eso es lo que nos ha ocurrido.

Una expedición con una logística tan compleja como esta, en la que además de escalar nos habíamos propuesto retransmitirla casi en directo a través de la redes sociales, no hubiese sido posible sin el Pelut, ni antes ni durante la escalada. Desde un principio ha sido un elemento fundamental en el proyecto. Sin él no tenía sentido. Y creo que todos estamos de acuerdo

también en que escalar no es solo una actividad física, sino (sobre todo) un estado de ánimo. Y cuando ese ánimo falla, la motivación se desploma. Y eso es lo que le ha pasado al Pelut. Nada más llegar la campo base una anginas le dejaron fuera de combate durante varios días, y luego, ya en la pared, no ha acabado de sentirse cómodo en ningún momento. La vía no ha sido para él lo que esperaba y la entrada del mal tiempo ha sido la puntilla. Hace tres días nos comunicó a los otros dos miembros del equipo que no quería continuar, que la expedición había acabado para él. En el texto que envió por whatsApp lo explicaba perfectamente.

La decisión para él ha sido muy dura porque era consciente de las consecuencias. Pero los otros dos miembros de la expedición hemos respetado escrupulosamente su decisión. No podía ser de otra forma. Los tres tenemos muy claro que una escalada como esta no se puede afrontar sin motivación. Y que la cordada era de tres personas. Desde el principio hasta el final. Así que el lunes decidimos bajar y ayer retornamos al campo base. Son momentos de reflexión y de tomar nota de lo vivido, porque somos de los que pensamos que la vida te enseña más de las decepciones que de los éxitos.

Un fuerte abrazo a todos desde el campo de la Gran Torre del Trango y muchas gracias por habernos seguido en esta increíble aventura”.


Alcanzado el C3 pese al mal tiempo

Hoy 15 de agosto, nos ha tocado a Ekaitz y a mí hacer el trabajo, mientras Pelut se quedaba descansando en el campo 2 tras la paliza que se dio ayer. Hemos salido a primera hora y hemos subido jumareando por las cuerdas fijas que ayer instalamos con el objetivo de abrir los tres largos que nos quedaban para el campo 3. Pero a diferencia de ayer, el tiempo hoy ha estado regular tirando a malo. Me temo que la bonanza meteorológica que hemos disfrutado hasta ahora, con buen tiempo desde que llegamos a los pies de la montaña hace casi dos semanas, ha terminado. Ojalá me equivoque.

Además, van pasando los días y el cuerpo se empieza a resentir. Hasta que no coge calor remontamos los primeros metros súper incómodos. Nos duelen las manos. A mí especialmente también los pies. Y hasta que no calentamos un poco se hace duro, muy duro.

Como aquí desaprovechar el trabajo es un lujo, ya que subimos a equipar, vamos izando con nosotros un petate. Es increíble. Hemos empezado a eso de las nueve de la mañana y el primer largo hemos empezado a escalarlo a la una del mediodía. Para esa hora, el día se había torcido definitivamente. Un tiempo horroroso, con bastante frío y la pared totalmente empapada debido a la nevada que lleva cayendo ya desde hace un rato. Nuestro objetivo es llegar a C3 y a sea hora tengo serías dudas de que lo consigamos. Y por si no fuera poco el mal tiempo, para colmo descubrimos una cuerda fija rota, casi seguro que por alguna piedra que le ha caído. Cambiarla nos retrasa un poco más. Pero el objetivo era llegar hasta el punto donde vamos a instalar el campo 3, a 5.200 metros, así que hemos apretado los dientes y hemos tirado para arriba. Lo hemos logrado al final, pero qué duro ha sido, qué frío hemos pasado. Y que difícil y comprometido ha sido. Pero Ekaitz y yo lo hemos dado todo y hemos cumplido con el plan.

Hemos llegado de vuelta al campo 2 a las 7 de la tarde, ya anocheciendo. Pelut ha salido a la repisa a recibirnos y cuando estábamos comentándole cómo ha ido el día de repente nos ha sorprendido el ruido de una avalancha. Nuestra reacción ha sido instintiva. Hemos salido corriendo cada uno para un lado buscando un sitio donde resguardanos. Luego resulta que el alud ha caído bastante lejos de nosotros y nos hemos echado unas risas recordando las caras que hemos puesto y como hemos salido por patas cada uno.

Os escribo ya dentro de saco, disfrutando del lujo de este campo 2 que supone no tener que estar colgados ya que lo hemos montado en una repisa. Es una pena que no vea las estrellas (espero que salgan más tarde) porque hoy voy a dormir en el hotel ‘de las mil estrellas’: a aire libre. Voy a vivaquear en la repisa porque una de las hamacas está ya arriba y le he dejado a Ekaitz y Pelut que duerman en la otra. ¡Así que gabon a todos!

 


La paliza de cada día

14 de agosto. 5º día de pared.

Desde que salimos del campo base el día 10 ya hemos avanzado algo. No sé si mucho o poco, pero lo que sí sé es que los tres lo hemos dado todo. ¡Joer!, cuando Pelut me decía que el Big Wall es de las disciplinas mas destructivas que hay, yo le decía que sí, aunque sin mucho convencimiento. Pero después de cinco días en la pared suscribo cada letra de esa frase. ¡Esto es durísimo!

Cada mañana al despertarme necesito media hora para reaccionar. Es como si te dieran una paliza a diario. Es duro de verdad. Aquí no hay descanso alguno desde que te levantas hasta que te acuestas. Siempre hay algo para hacer. Si estás en una reunión, te pones a ordenar. No hay tiempo para descansar, salvo cuando nos metemos en el saco para dormir.

Desde que llegamos al campo base el 2 de agosto he descansado 1 día. Y hoy estamos a 14,de agosto. En total, 13 días de actividad sin parar. Y lo que nos queda… cada día que pase creo que será mas duro, porque cada vez estamos más altos. Hasta ahora hemos escalado 17 largos y estamos a dos del campo 3, al que llegaremos mañana si no hay contratiempos.

La jornada de ayer es el mejor ejemplo del o que os estoy diciendo sobre lo duro que es esto. Ayer que nos movimos del C1 al C2 y acabamos la jornada a las 3 de la madrugada. Al menos estamos en un campo 2 muy cómodo, en una gran terraza que nos da bastante vidilla.

Bueno, pues esto es lo que os puedo contar hoy. A ver que tal se porta el tiempo y podemos seguir avanzando.

Un saludo a todas y a todos desde la Gran Torre del Trango y hasta la próxima.

 


Primeros días intensos en el campo base

Bueno, pues después de tres largos días en el campo base, y digo largos porque han sido muy intensos, hoy cuarto día en el base, estamos de descanso. ¡Porfin! Llegamos al base el 2 de agosto y no perdimos el tiempo. Desempacamos todo el material y el 3 de julio estábamos ya metidos de lleno en el trabajo. Pelut se quedó en el base preparando los petates, Ekaitz escaló y equipó los siete primeros largos (los más descompuestos) y yo me que dediqué a portear el material desde el CB hasta el pie de la pared. Se viene a tardar una hora y hay unos 350 metros de desnivel.

Los días 4 y 5 de julio han sido especialmente intensos para Pelut y Ekaitz. Mientras yo he seguido porteando -en estos momentos tendremos ya más 300 kilos de material en la base de la pared- y he dormido en el campo base, ellos han hecho el trabajo más duro. Subieron el lunes para montar la línea y escalar algún largo más y lo lograron, pero les costó más de lo previsto, tanto que tuvieron que vivaquear en la pared.

Pasaron mucho frío y apenas durmieron nada en toda la noche. Imaginaros cómo lo pasaron que a las tres de la madrugada, sin esperar siquiera a que amaneciera, Pelut se puso a desmontar un largo. Al final, han sido más de 30 horas de actividad ininterrumpida para ellos. Han bajado algo cansados, pero muy satisfechos y con los deberes hechos. Ya están montados 400 metros de cuerda, y la idea es subir los tres mañana jueves a izar los petates. Yo solo puedo agradecerles ese trabajo, porque estos días sin meterme en la pared están permitiendo que la herida de las congelaciones del Kangchenjunga en el pie acabe de cicatrizar del todo.

Mientras tanto, vamos a disfrutar hoy del día descanso. Creo que nos lo hemos ganado.

 


Ya estamos en el Trango. Nos vamos a la ‘Bushido’

Salimos de Skardu el pasado dia 31, día de San Ignacio, a eso de las 9 de la mañana. Tras unas seis horas de camino en todoterrenos conseguimos llegar a Askhole, aldea en la que los porteadores se hace ncargo de las cargas y comenzamos la caminata hacia el campo base. Por el camino, concretamente en Dassu, nos encontramos con Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza. Fue una gran alegría y pasamos un buen rato juntos. Nos felicitamos y nos deseamos suerteantes de seguir cada uno nuestros caminos. Ellos para casa después de haber triunfado. Y nosotros a ver lo que nos depara el Karakorum este verano… je,je, je.

En el trekking ha ido todo bien. Hemos pasado mucho calor y en tan solo dos jornadas de marcha hemos llegado hasta el campo base. Solo dos jornadas pero que se nos han hecho algo largas. Durante el trekking, en Paiju exactamente, también nos encontramos con Ferran Latorre, compañeros en muchas expediciones. Fue un momento único. Disfrutamos juntos su cumbre del K2, aunque también con amargura por la perdida de Miguel Ángel Pérez.

La llegada al campo base ha sido estresante, Siempre lo suele ser, pero esta vez más si cabe. Hemos corrido como locos ya que aunque este verano esta siendo excepcionalmente bueno en lo meteorológico, la amenaza del mal tiempo siempre está presente en esta cordillera. Así que no hemos perdido el tiempo y nos hemos puesto a trabajar como locos.. De momento ya hemos subido 300 kilos a pie de pared.

Pero la novedad más importante es que hemos decidido cambiar la vía que vamos a intentar. Manejábamos dos opciones, las dos por la cara Noroeste; ‘Parallel Word’ y ‘Bushido’. Finalmente hemos optado por esta segunda, que abrieron los polacos Marek Regan Raganowicz y Marcin YetiTomaszewski abrieron eel año pasado (46 largos (1.960 m), A4, VII- (big wall), VII+). Tras ver las condiciones de la pared, creemos que, aunque ’Bushido’ es más difícil técnicamente, también la vemos más segura que la otra.

Por lo demás, los tres nos encontramos bien, super contentos y muy motivados. Esperemos que todo siga a si y el tiempo y la buena suerte nos acompañe.

¡Hasta la próxima!

 


Skardu: reencuentro con amigo y preparativos

Son las 5 y media de la mañana y en una hora y media estaremos en marcha. Creo que, desde que salimos de casa, por una cosa o por otra, llevamos unas cuantas gaupasas. Estamos en Skardu y salimos dentro de un rato para Askhole, punto de partida de nuestra marcha de aproximación al campo base de la Gran Torre del Trango. Si todo va bien, estaremos allí en dos y tres días.

Como os decía el otro día, el viaje desde Islamabad a Skardu lo hicimos por la Karakorum Highway. Qué dura se nos ha hecho… Hemos estado casi todo el viaje por encima de los 50º, en una furgoneta cargada hasta las cartolas… Por no hablar del susto (vamos a llamarlo así…) que tuvimos cuando chocamos de frente con una piedra bastante grande… en fin, vamos a dejarlo ahí…

No sé cuantas veces he hecho este trayecto, pero desde luego son unas cuantas… Si, esta es la undécima vez que visito este país, tan rico en su cultura y mucho más por sus gentes, sobre todo por los baltíes, los nativos de la región en la que se encuentra el Karakorum. Los dos días que llevamos en Skardu me lo confirman. Todos los viejos amigos que tengo desde la primera vez que estuve aquí, nada menos que en 2003, no han dejado de pasar a saludarnos: Ali Mohsco, Ali Nasher, Shamser Ali, Ibrahim….. Estos son los detalles que le hacen a uno sentirse querido. Que se acuerden de ti con ese cariño y después de tantos años… pienso “joer, sera que de vez en cuando hago algo bien… je,je”.

En Skardu, además de reencontrarme con viejos amigos, hemos tenido dos largas jornadas de preparativos ya que es el último pueblo –tiene unos 30.000 habitantes- antes de iniciar el trekking hacia el campo base. Al final, llevamos 400 kilos de carga, de los que calculo que 250 subiremos a la pared. Llevamos provisiones para un máximo de 20 días en la pared. Y aquí, el artista Pelut se lo curra muy bien. Se nota que lo suyo es la logística. Por ejemplo, ha calculado la comida justa por persona y día y ha preparado raciones individuales en bolsas separadas. Como me ha dicho antes, “que un día no comes, pues para el día siguiente tienes ración doble”. El problema será si la escalada se alarga más de los previsto y nos pasamos de esos 20 días en la pared…

Otra cosa que nos preocupa es si encontraremos agua o no en la pared. Ya que si está muy seca tendremos que cargar con el agua, lo que supondrían 50 litros adicionales a cargar tapia arriba… Como veis, la aventura está servida .

Por lo demás, hemos encontrado Pakistán bastante tranquilo. Quizás sea porque hemos coincidido con los días finales del Ramadán, el mes de ayuno obligatorio de los musulmanes, durante el que no pueden comer ni beber nada desde que amanece hasta que oscurece.

Bueno amigos y amigas, la siguiente vez que os escriba será ya desde el campo base. Vamos paso a paso y de momento tanto Pelut como Ekaitz y yo estamos súper motivados y felices de esta nueva aventura que estamos iniciando.

¡Hasta la próxima!


¡Ya estamos en Islamabad!

¡holaaaaa!

¡Por fin en Islamabad! Se ha hecho de rogar,un viaje largo para los tres, en mi caso desde que el lunes salimos de casa hacia Cataluña. Fueron unos días frenéticos de preparaciones. Ayer, jueves 24, salimos por fin desde Barcelona. Viajamos a Doha, y desde la capital de Qatar cogimos un segundo vuelo a Lahore, la segunda ciudad más populosa de Pakistán con sus 7 millones de habitantes.

Hasta ahí el viaje fue mas o menos bien. Una vez aterrizados en Lahore, con muchísimo calor (32 grados a las tres de la madrugada), cogimos un taxi y afuimos a la estación de autobuses. Y ya en un bus de línea, hasta finalmente llegar a Islamabad .

Fueron cuatro horas de viajes en un autobús muy cómodo pero con el aire acondicionado a tope…¡Joer! Ibamos pegando cabezadas y nos despertabamos del frío que teníamos.

Una vez en Islamabad, hemos llegado al hotel y los tres a dormir. Aquí son tres horas más que en casa y a ver si nos quitamos el ‘jet lag’ cuanto antes. Como están de Ramadán parece que nosotros también nos sumaremos al ayuno islámico. Todos los restaurantes o locales donde dan de comer están cerrados hasta la noche, así que, a aguantar.

Mañana haremos las últimas compras aquí y si no tenemos problemas ‘burocráticos’, el domingo saldremos para Skardu.


La última noche

Son las 2 y cuarto de la mañana y a las 6 toca diana. Despertarse, tipo resacoso, porque apenas habremos dormido nada. ¿Por los nervios o quizás por los dos largos días de preparativos que llevamos en Barcelona? Seguramente por las dos cosas.

Mañana (o mejor dicho dentro de un rato) salimos para Pakistán. Esta vez viajamos para intentar escalar la Gran Torre del Trango, ¡Joer no para intentar encaramarme a un 8000! ¡Ya era hora de que toque algo diferente y que además llevaba años queriendo hacer! Mañana, como siempre, lo primero será facturar todo el equipo tratando de no pagar ni un kilo extra. Y en cuanto nos montemos en el avión, creo que antes de despegar ya estaré dormido.

A estas horas de la madrugada, Ferran, Oscar y demás están intentado hacer cumbre en el K2 y el Broad Peak. La gente me pregunta que por que no he ido y mi respuesta es que no solo existen ochomiles,hay mucho más, muchas más montañas.

Tengo muchísimas ganas de estar manos a la obra, metidos en la pared, pero como en todo, hay que ir paso a paso, día a día. La primera etapa es Islamabad. Pasaremos una noche en la capital de Pakistán y el sábado nos pondremos rumbo a Skardu, la puerta de entrada al Karakorum. Viajaremos en avión o por carretera. Ya veremos, porque esto se traduce en una hora o 20 de viaje. Por lo demás , vamos mentalizados de que a la llegada a Islamabad pasaremos muchísimo calor. El termómetro seguro que está por encima de los 40 grados. Y tanto para Pelut como para Ekaitz es la primera vez que viajan a Pakistán. Y la primera vez que uno viaja a ese país se queda alucinando de tanto contraste, de tanto cambio.

Pues nada, amigos y amigas, la siguiente vez que os escriba será desde Pakistán y estaremos sudando del calorazo que nos estará pegando. Un beso a todas y todos. La expedición parece que promete. El éxito no esta asegurado pero lo que sí es seguro es que lo vamos a pasar estupendo.