TRAILER | “Everest, un reto sobrehumano”

Aquí va un adelanto de la película que resume la expedición más dura de mi vida y uno de los mayores desafíos en el mundo del alpinismo: intentar ascender el Everest en puro invierno y sin la utilización de oxígeno artificial.

Fechas del estreno:

- El 9 de noviembre a las 19:30 h en el Palacio Euskalduna de Bilbao.
- El 17 de noviembre a las 20:00 h en el CaixaForum de Madrid.


CRÓNICA | ¡Hasta pronto, Everest!

Esto no es un adiós, es un hasta luego. El Everest no ha querido que este año conquistemos su corazón, pero lo que tengo claro es que a mí sí que me ha robado el corazón. Sueño, cada día, desde el 25 de diciembre que salimos de casa, con llegar a esos 8848 metros que nos separan del cielo, pero la avaricia no sirve de nada en la montaña. Nunca hay que ir en contra de la naturaleza; eso es algo que he aprendido durante toda mi carrera en la que he vivido momentos muy difíciles: si no quieres que la montaña acabe contigo, no intentes someterla; respétala y cuídala.

Aunque yo me sienta muy fuerte física y psicológicamente, el invierno no ha dado tregua, el fuerte viento nos tiraba al suelo y la previsión para los próximas días es terrorífica. Sin embargo, no hay duda de que ha sido la expedición más especial de mi vida: me he llegado a sorprender conmigo mismo, y por la gran expectación creada entorno a esta expedición y al mundo de la montaña y el alpinismo en general. Me emociono solo de pensarlo. Y por supuesto, sin ninguna duda, la guinda del pastel sois todos vosotr@s, que os he sentido en cada minuto como si fueseis mi familia, apoyándome en cada logro y en cada momento complicado. Os prometo que volveré a esta montaña que me ha robado el corazón de la manera más pura. Os quiero.


AX | ¡Sorpresas te da la vida!

En ese instante de felicidad en el que pensaba que la mayor experiencia de mi vida no podría superarse, llega el italiano Reinhold Messner (Tirol del Sur, 1944) al Campo Base, mi mayor ídolo e inspiración, para apoyarme en mi reto de intentar ascender el Everest en invierno y sin oxígeno artificial. “El dios de las montañas” fue el primer montañero junto a Peter Habeler en ascender el techo del mundo sin oxígeno artificial, y en coronarlo posteriormente en solitario. El apoyo que nos ha brindado es indescriptible; un chute de energía de la mano del más grande. Gracias, Messner ¡tus pasos son nuestro camino!


VÍDEO | Días duros reequipando la cascada de hielo del Khumbu

Hemos renovado el 60% de la equipación previa afectada por las duras condiciones metereológicas de las últimas semanas. Ha sido un trabajo laborioso en el que hemos reequipado la complicada cascada de hielo del Khumbu situada en el recorrido entre el Campo Base y el Primer Campo de Altura. Hoy, además, os lo traigo en imágenes. Espero que lo disfrutéis y sintáis cada aliento de nuestro cuerpo! Dale al play!

La canción: Esne Beltza ”Quien manda (Hemen eta hor)” Ft Mala Rodriguez & Fermin Muguruza.


CRÓNICA | ¡Ya estamos de vuelta de en el Campo Base!

Ayer día 25 subimos en helicóptero al Campo Base. En una hora pasamos se estar a 1.000 metros frente a los 5.250 metros del CB. La verdad que tenía miedo: pensaba que me podía dar el mal de altura pasando de estar en Kathmandu y en una hora en el campo base. 4000 metros de desnivel más altos no es moco de pavo.

Traté de moverme despacio pero no podía de lo contento que estaba de estar de vuelta aquí!. Preparamos el campo base; volví a sacar el material y con ganas de volver a empezar.

Al atardecer empezó a soplar el viento. Hasta ahora ha sido con diferencia la peor noche en el campo base; ha soplado mucho mucho, mucho. Sopla de oeste. Hoy día 26 estamos de ‘gaupasa‘ haciendo turnos para que no vuelen las tiendas.

Los rayos del sol llegan al campo base casi una hora antes; hoy nos ha pegado el sol a las 8.40; hemos hablado de qué hacer y han decidido que hoy no subían.

Yo que me encuentro bastante bien. Viendo que el viento está amainando he decidido salir para arriba; portear tres escaleras y cuerda. He equipado 200 metros y he porteado tres escalas. He alcanzado unos 5500 metros, más o menos. Como iba solo he decidido no arriesgar más y darme la vuelta ya que mañana subimos ya todos.

La cascada va a requerir de dos a tres día más de trabajo; he de decir que antes de subir al base pensaba la estrategia que iba a seguir. Pensaba estar en el base quieto descansando mientras mis compañeros reequipaban la cascada, pero, como veis , no puedo!

Sé que cada vez que subo, mis fuerzas van disminuyendo y por tanto las posibilidades de cumbre también, pero soy un poco burrico y a mí me gusta escalar y pelearlo. No he aguantado ni el primer día!

Por otro lado me encuentro muy bien; las fuerzas aún no están tan mermadas como yo pensaba y mi único problema es que llevo las uñas de los dedos gordos colgando, y se me hace muy doloroso cramponear frontalmente, pero bueno toca apretar los dientes.


AX | Proyecto Solidario en Nepal

Y luego dicen que los sueños no se hacen realidad… ja ja!

A escasos días de salir en dirección a lo que es mi segundo hogar, Nepal, Alex me llama por teléfono y me dice “Enara, tengo un sorpresón que darte..”

Esta sencilla frase fue el inicio de lo que ha sido una gran aventura.

Como muchos de vosotros sabéis Nepal es cuna de la mayoría de las montañas más majestuosas del planeta, por lo tanto la tradición montañera por estos lares es digna de envidia…

Sin embargo la escalada en roca es todavía algo en ciernes, falta la tradición, la experiencia y sobre todo, los medios, porque amigos, aquí, la vida no es fácil. Aún así, la motivación y las ganas de aprender que veo en los nepalíes han sido la mecha para que esta rueda se haya puesto en funcionamiento.

Os ahorro el mes y medio de interminables llamadas de teléfono, reuniones a deshoras, alegrías varias, alguna que otra frustración y las aventuras mil vividas al recoger el cargo enviado desde Euskadi en la aduana nepalí, donde las verdaderas oficinas en las que se tramita TODO, son los asientos de las motocicletas aparcadas a la puerta del ministerio…Algún día escribiré sobre esto porque el funcionamiento de la burocracia nepalí da para mucho…

En este abultado cargo que Alex e Ibra envían desde Euskadi ( pagando ellos de su bolsillo y con la ayuda del grupo de escalador@s de Azpeitia, los muchos cientos de euros que han hecho falta para pagar el envío, las tasas…) llegan varios bidones y cajas llenas de sueños en varios formatos… Entre otros encontramos cascos, cintas exprés, cuerdas, más de 40 pares de gatos, mosquetones, gri gris, reversos, taladros, jumars, cintas, arneses,100 bolts y 10 reuniones…Todo un festival!

Y a los pocos días llega directamente desde el campo base del Everest el gran Ibra (Mikel Uribesalgo) dispuesto a compartir con nosotros su experiencia y buen hacer en la roca.

El resultado de todo esto han sido:

- Dos workshops ofrecidos gratuitamente por Ibra en Astreck Climbing Wall. El primero dirigido a los principiantes en la roca y el segundo ya para un público más experto. Ambos han sido un éxito total. Ibra a parte de tener una gran experiencia es un gran comunicador y tod@s aprendimos mucho!

- Una salida a roca en Hattiban con las Ladies Mountain League. Grupo creado por Hanna Sjödin que tiene como motor el empoderamiento de la mujer nepalí a través de los deportes de montaña. Así, más de 10 mujeres cuyas edades rondaban entre los 12 y los 50 años probaron en top rope sus primeras vías en roca. Ver esas caras de satisfacción y superación en estas mujeres vale oro!

- 7 nuevas vías abiertas que, junto con las ya existentes, hacen que desde ahora, la zona de escalada por excelencia de Nepal sea Bimalnagar. Apuntadlo en vuestras agendas, situado junto a un río enorme donde darse un chapuzón cuando apriete el calor, hay zonas de búlder, camping, y unas vistas a los Himalayas que cortan el hipo. Esta escuela cuenta ahora con vías cuyos grados varían desde el 5+ al 7b+. Escalada para todos los gustos y de todo tipo…escalada deportiva, clásica, vías de largos, chorreras, grietas, techos, plaquitas…Un lujazo!

- Durante esta semana a la que hemos llamado “Boltexpedition III Edition” hemos logrado también que los escalador@s nepalíes aprendan a equipar vías de manera autosuficiente, nuevas técnicas de escalada, nudos, reuniones, asegurar, jumarear, rapelar con seguridad…

Incluso, la Nepal Mountaineering Instructor Association que estos días daba un curso de escalada también en Bimalnagar pidieron a Ibra dar un taller a sus alumnos!

Ibra ha trabajado a destajo, todo el día colgando de la pared, buscando líneas, limpiando, taladrando, abriendo vías, enseñando… ni para comer bajaba.

Su contagiosa alegría, humildad, sencillez, experiencia, conocimiento y ganas de ayudar, sin una sola queja a pesar de que las condiciones no eran las mejores en el crudo invierno nepalí, han hecho que todo esto haya sido un éxito.

Ibra eres y serás siempre un grande!

Quiero extender los agradecimientos al que ha sido el gran artífice de esta aventura, Alex Txikon.

No tengo palabras para agradecer su ayuda. No tenía suficiente con organizar su expedición invernal al Everest sino que también se ha preocupado de cada aspecto de este proyecto, incluso desde el Campo Base. Alex no es sólo un MONTAÑERO en mayúsculas, un montañero de los de antes, un aventurero, sino que además tiene una humildad, generosidad y un corazón que rayan lo inaúdito. Rasgo este, único en este mundo de hoy en día, dónde incluso en la montaña, los grandes egos parecen dominarlo todo.

No quería que su nombre figurara en ningún papel, quería permanecer en la sombra, pero yo me he negado.

Sin él, absolutamente nada de todo esto hubiera sido posible. Te mereces el reconocimiento Alex.

Y cómo no, cada uno de nosotr@s agradecemos especialmente la gran ayuda y generosidad de todos los sponsors que han confiado en este proyecto dando lo mejor de ellos mismos.

Gracias, de corazón!

- Alkizabal, Ander!

- Fixe, Raquel Hernández!

- Sokaitz Eskalada Taldea y Beltza

- Zero Azpitik

- Al pueblo y escalador@s de Azpeitia

- A la Diputación de Bizkaia, y especialmente, a Lorea Bilbao (Cultura y Deportes)

-A los escalador@s de Bergara

-A Lur, Esther, David, Eneko, Haizea y Jose

Aquí en Nepal mis grandes aliados y amigos han sido Dave Smith, Niraj Karki y Hanna Sjödin con las Ladies Mountain League. Gracias mil!

Ojalá que esto no sea más que el principio. Ojalá que el año que viene podamos repetir y seguir aprendiendo, disfrutando y equipando nuevas vías en Nepal. Nos vemos en la roca!

Enara Lariz

Nepal, Febrero 2017

Por último…

Ibra: “Me encantaría volver a repetirlo, quizás otro año, con más apoyo tanto de la gente como de patrocinadores. He vuelto especialmente contento, porque nuestro trabajo ha valido la pena. Gracias a todos y todas, de verdad”.


CRÓNICA | Cotilleando a casi 8000 metros

Nos dan buen parte de meteo para el 14 de febrero, vamos a por ello.

Salimos el día 10, no muy pronto, Norbu, Chhepal y yo. Sin mayores problemas que solventar la cascada de hielo. Alcanzamos el C2, 6.350 mt. en unas 8 horas escasas. Entre Norbu y yo montamos el C2 de nuevo; Chhepal llega algo más retrasado, a eso de las 19.00 horas; estamos dentro de los sacos a -32 grados bajo cero, la noche es muy fría.

Ha amanecido ya y estos aun roncando; ya estoy cansado de estar 14 horas dentro del saco. Les despierto a los dos y nos vamos a preparar algo para comer, arroz. Esso sí, pero gracias a Endika y Beñat, nos han traído un montón de cosas de casa, y entre tantas, un par de cintas de txuleta de Tolos (gracias a Tedi!!!!).

El día 11 es nuestro día de descanso en C2 y qué bien nos lo montamos: a las 16.00 horas llegan Nuri, Furba y Pemba. Hablamos un rato … y para el saco; hoy la noche es incluso más fría que la de ayer.

Día 12; día de curro: salimos para C3 Norbu, Chhepal y yo, el equipo A. El equipo B, subirán del tirón a C4 el día 13. Salimos de C2 a eso de las 11 de la mañana y en 5 horas llegamos a C3. Los rayos del sol nos calientan hasta bien entrada la tarde; es entonces cuando nos metemos al saco, hablamos con C2 y con CB.

Y se confirma la meteo; el plan es de arrancar el día 13 a nuestras 3 de la madrugada. Es medianoche y estoy ansioso por salir; de repente nuestra tienda se mueve; cruje el serack con muchísima fuerza y mi corazón triplica su ritmo cardíaco; en tres segundos Nurbu y yo estamos fuera de nuestros sacos, con las frontales encendidas, mirándonos las caras de miedo, pensando que nos deslizábamos pendiente abajo. Yo con medio cuerpo fuera de la tienda, los dos miramos a Chhepal que no se ha enterado de nada y nos empezamos a reír y a mí se me quita la tontería muy rápido ya que me he quedado como un pajarito fuera de la tienda, y nos metemos para los sacos.

 

No hago más que mirar el reloj y a las 1.30 estamos derritiendo nieve; la noche aprieta mucho; hace muchísimos frio y el viento nos golpea duro, muy duro.

Queríamos salir a las 3.00 pero acabamos saliendo a las 6.00. El equipo B ha salido finalmente a las 2.00 de la mañana de C2, y prácticamente nos cogen saliendo de C3. El viento no amaina en ningún momento; llevo toda la ropa de la que dispongo y aun así estoy helado!.

Me siguen Chhepal y Norbu, y mi mente solo piensa en contar pasos, imaginarme la altura en la que estaremos. La idea que ronda mi cabeza es dónde me acariciaran esos ansiados y deseados rayos del sol; hasta las 11.00 no va a ser, pero dónde será?

Tengo medido a qué horas empieza a pegar el sol en zonas diferentes y eso me sirve para animarme; qué largo se me hace; no es hasta que estamos a unos 7.550 metros, atravesando las bandas amarillas, cuando el sol empieza a brillar con mucha timidez. Llevo dos largas horas que no siento los pies; ni yo ni el resto del equipo.

Las cosas se complican y mucho a unos 7650 metros, Chhepal se acerca y me dice que nos bajemos; el viento nos golpea con mayor intensidad, de repente nos hacemos una piña y les digo a todos que confíen en mi; el tiempo va a cambiar, y el viento va a amainar. Ahora nos pega de oeste y está previsto norte, noreste.

No podemos con el frío y después de hablar el plan les digo que por favor usen las botellas de oxígeno que llevan. Normalmente ellos usan 3 en un ataque a cumbre, pero cada uno de ellos lleva dos botellas; me hacen caso y conectan los reguladores.

El viento sopla más constante y con mucha mayor fuerza; estamos a 7800m atravesando el espolón de Ginebrinos; no lo ven claro y me pongo en cabeza. No sé si voy a poder mantener un buen ritmo para ellos ya que yo no uso oxigeno artificial, pero creo que el intenso frio me hace no parar; el viento a veces hace que nos tengamos que echar al suelo; está siendo excesivamente difícil y comprometido.

Voy hablándoles a todos y dándoles ánimos, y fiándome de los partes a muerte, muy mentalizado. Por un momento pienso en llamar por walkie con Aitor, ya que la predicción no se está cumpliendo. Pero hablar con walkie es quedarme sin dedos, estaremos a 45 bajo cero y con 60 km por hora de viento! No sé cómo aguanto!! El Nanga Parbat es un caramelito si lo comparo con estos momentos!

Chhepal se acerca de nuevo y me dice que nos bajemos; les vuelvo a pedir por favor, que no vamos a hacer ninguna locura y que el viento va a parar; les digo, seguirme.

La cuerda fija está rota. Cojo una estaca y me pongo a reequipar, los eclimb los dejé en C4; vemos ya el C4 pero el viento es insoportable, no podemos dar más de dos pasos sin tirarnos al suelo; meto otros 100 metros más para nuestra seguridad ya que la anterior vez aprovechamos cuerdas viejas intermitentes.

Estamos en C4. Me siguen Norbu, Nuri y Pemba; no podemos ponernos en pie; saco la primera tienda y entre los 4 es imposible montarla; esperamos a Furba y Chhepal, mientras tanto una de las varillas se ha roto y en el collado sur a 7.950 metros, mínimo habrá 50 tiendas. Es un sitio tan desolador!!

Y allí me voy yo a kuxkusear, a intentar pillar una varilla, y da la casualidad que a la tienda a la que voy hay una persona fallecida! Joder!! En las condiciones en las que estamos se te pasan muchas cosas por la cabeza y una de ellas es que puedas acabar igual.

Hacemos una intentona entre los seis a montar la segunda tienda y es que es imposible; Jamás me ha pasado cosa igual: ser incapaz de montar una tienda entre seis!

Echamos unas piedras encima y me voy a kuxkuxear otra vez. Según llegaba, había visto cartuchos de epigas y ninguno de nosotros llevaba sacos de dormir, por tanto, gas extra! Nos hará pasar, menos mal, las horas previas a la salida para cumbre;

Me acerco a la tienda que había fichado y no me lo puedo creer. Otra persona fallecida!!!. Desconozco sus identidades. Un abrazo enorme a familia y allegados!

Dejo los cartuchos de epigas y hacemos una segunda intentona en montar la tienda; apenas podemos incorporarnos, de nuevo los 6, y lo damos por imposible; rápidamente hablo con todos , depositamos todo el material y arrancamos para abajo.

Le digo a Nurbu que no siento nada, que por favor me acompañe en el descenso ya …. El resto nos cogerá. Van todos enchufados. Son las 17.30. O nos movemos, o nuestras vidas pasaran a otro escenario.

Pido un walkie y tras un momento de confusión total me pasan uno. Hablo al fin con el campo base donde me confirman que el parte ha cambiado y que debemos salir de ahí.

Finalmente no arranco; me siento responsable de mi equipo, en todo momento; he apretado para llegar aquí arriba y todos han arriesgado sus vidas, así que hasta que no sale el último no empiezo el descenso. Es difícil calcular pero el viento es constante y seguramente su intensidad superará los 80km por hora como mínimo, tirando por debajo!

No sé cómo hemos podido superar todos estos momentos. Empezamos a rapelar y vamos todos a una. Noto que perdemos altura, pero no siento ni la nariz, ni las manosm y que decir de mis pies!

Llevaba calculado que me aguantarían a C4 y allí me los calentaría; el descenso extra a C3 lo pagaré caro! Pasamos las bandas amarrillas y son 8 los rapeles a C3; Llegamos de noche y no puedo ni llorar del dolor que tengo!

Decidimos pasar la noche en C3. Ofrezco mi saco y esterilla por si alguno no puede más y prefiere dormir en C3. Finalmente nos metemos con todo dentro de la tienda: crampones…. Nurbu, Chhepal y yo.

Fundimos algo de nieve, apenas dos sorbos cada uno y nos metemos con todo dentro del saco. Segunda noche sin dormir: no puedo del dolor y del frío. Escalofríos que me acompañan toda la noche y este dolor de los pies no me ha dejado descansar ni un minuto.

En principio hoy queríamos salir con el sol. Ya vale de tanto sufrir! Nurbu a las 7.00 se ha despertado y sugiere que nos bajemos; Está la tienda que da pena! Ha sido una larga y dura noche! me mentalizo y sé que falta un último peldaño.

Con lo que más he sufrido ha sido poniéndome las botas; en 10 minutos estaba preparado y he salido el primero precedido de Chhepal y Norbu. Lo que desconocía por completo era lo que estaba a punto de suceder.

Cuatro rapeles y miro para arriba. Veo a Chhepal para entrar en la vertical y Norbu aún muy cerca del emplazamiento del C3. Joer con el viento!, Toda la noche soplando y ahora no nos deja ni un segundo; sopla con muchísima fuerza, hace muchísimo frio, mucho!

Vengo con las manos tiesas. Voy rapelando con los guantes, no me da para más;, me encuentro en uno de los fraccionamientos; estoy con las manoplas tratando de chapar mi mosquetón de seguridad al siguiente fracicionamiento, el gatillo se ha quedado enganchado en el pulgar de la manopla … .

Algo me golpea, no sé Alex, qué está pasando!, No veo nada. Tan solo me preocupa que el mosquetón de seguridad esté pasado por la cuerda; voy cayendo cada vez más rápido; Sé que voy en una avalancha, y sé que me voy a dar una buena ostia! Si no he chapado el mosqueta sé que voy a morir y si va chapado, voy a detenerme después de caer este fraccionamiento que son mínimo de 100 metros!.

Creo que toco la pendiente en estos 100 metros en tres ocasiones. Según voy cayendo a gran velocidad finalmente me detengo en seco; me frena la caída, un tornillo, y no puedo respirar. Me agobio muchísimo; apenas siento un hilito de aire.

Me voy viendo y sintiendo mientras tanto como estoy; el miedo se apodera de mi ya que va más de un minuto sin que entre aire en mis pulmones! Finalmente, empiezo a respirar! La avalancha empieza a ser de piedras y caen cientos de piedras.

Miro de reojillo para arriba y veo a Chhepal aguantando; Norbu ha tenido más suerte y no le ha caído nada; me siento mirando valle abajo, golpeándome cientos de piedras; esperando a la muerte.

Estoy muy pillado y no puedo hacer más … Al de casi diez minutos dejan de caer piedras; miro para arriba y joer pienso como leches estoy vivo! una entre mil!!.

Con toda mi poca energía, empiezo a rapelar de nuevo con los guantes, lo más rápido que puedo y me siguen Norbu y Chhepal. Nos reencontramos en la base, y Chhepal está sangrando de la cabeza, tiene una brecha.

Mañana será evacuado a Katmandu.

Hemos tenido suerte pero de la de verdad!, Qué miedo hemos pasado! Cada vez que me veo cayendo ,a toda velocidad un escalofrío recorre mi cuerpo y aun no sé cómo no me he roto nada tras frenarme en seco.

Eso sí me duele cada parte de mi cuerpo; esperemos que mañana sea mejor día. Ayudamos a Chhepal.

Llegamos a Cy arrancamos para campo base, el viento sopla aun con mucha fuerza; vamos todos en llanta, pero con una sonrisa, y pensando en la cascada, ya hemos tenido hoy suficiente. Han sido días duros; muy muy intensos, con un compromiso altísimo.

Nos metemos en la cascada. Apenas me quedan fuerzas pero voy muy tranquilo, tan solo suplico a cada serack o en zonas expuestas que no se caigan ahora, ahora no porfavor!! No hasta llegar al depósito que me esperan Pablo y Aitor.

Creo que he deseado este momento desde que salí de campo base el día 10, pero ahora mismo después de lo sufrido y padecido he de decir que me siento un poco más vivo.

El equipo está muy tocado. Perdimos a Carlos, después a Lakpa, ahora nos quedamos sin Chhepal y tan solo quedamos 5, me siento con muchisima fuerza de probar suerte de nuevo. Ya veremos qué pasa los siguientes días.


CRÓNICA | El equilibrio no sirve de nada cuando hace tiempo que te has caído

Partimos del campo base el jueves 2 de febrero, no muy pronto ya que ascender al C2 (6350 m), se ha convertido en un mero trámite (aunque muy peligroso).

Nos adentramos en la cascada del Khumbu que hace aguas por todos los lados; las secciones peligrosas aumentan. Yo pensé que sería más seguro en invierno, pero cada vez que subimos la cascada se vuelve más difícil, más costosa y más exigente.

Estamos al límite; no nos queda mucho más material ni contamos con los recursos necesarios. Este Everest va a ser muy exigente desde el principio hasta el final; no nos ha venido nada hecho.

En 8 horas llegamos al inexistente C2 (6350mt). Dejamos una tienda de campo base muy bien fijada, pero voló. Toca buscarse la vida y ponerse a buscar el material esparramado por la morrena.

Cambiamos el plan. Decidimos descansar el día viernes 3 y salir del tirón el sábado 4 a C4. Ay Amatxu Maitia, dónde me estoy metiendo!!

El viernes 3 lo pasamos en silencio. Normalmente reímos, bromeamos, pero hoy nadie lo hace; es normal, ya que lo que nos queda por delante va a ser muy duro. Son las 18.00h de la tarde y nos echamos a descansar a los sacos de dormir, de nuevo el silencio; y con el silencio llega el hermoso canto de los gorriones. En el C2 estamos rodeados de gorriones y cuervos, que dan miedo.

23.30 horas. Llega la hora de la verdad; nos juntamos en la tienda grande Norbu, Nuri, Furba, Chhepal, Pemba y yo. Se nota el nerviosismo; el frio aprieta. No sé, pero rondara los 30-35 bajo cero. Nos equipamos y no me entra nada. Estoy algo nervioso; esto de las nocturnas en invierno son palabras mayores; no quiero pasar frio y perder la posibilidad de atacar la cumbre la siguiente rotación.

Partimos hacia C4 (7.950m). Nadie habla. La noche es oscura, mucho, pero las estrellas brillan.

Yo como siempre no he cambiado las pilas a mi frontal y no veo un carajo, ni que las pilas costaran millones!!. Soy de los que exprime todo al máximo. Contamos con pocos medios, por ejemplo me cabrea mucho que cuando estamos en el base nos dan de comer y queda la mitad de la comida en el plato!

Vamos a muy buen ritmo. Vamos demasiado rápido. Voy pasando el rato pensando mis cosas. Ay amatxu Maitia!

Nos adentramos en la sección de grietas que no son peligrosas, pero da la casualidad que me cuelo en una; menos mal que me quedé encajado con la mochila ya que la grieta no tenía fondo!!. Tu cuerpo se encoge, el nerviosismo trata de apoderarse de ti, tu corazón late con mucha más rapidez y tú te ahogas; es lo que sientes. Pemba que venía por detrás me echó un capote y cuando miro el agujero que ha hecho mi cuerpo rompo los bordes y veo una grieta muy peligrosa abovedada y sin fondo!; respiro y trato de concentrarme de nuevo y continuamos hacia la rimaya.

Las 3.00 de la mañana. El frio aprieta mucho más y empieza a soplar el viento; escalamos la rimaya de uno en uno; joer, me quedo helado; miro para arriba y veo una estrella, más hermosa que todas las demás y me pongo como objetivo alcanzarla. La noche es muy dura, por tanto uno tiene que matar el tiempo, motivarse, sentir lo que estás haciendo.

Ya en las primeras cuerdas fijas, trato de escalar con rapidez; que el frio no llegue a mis dedos y miro a esa estrella que por alguna razón que aun desconozco me protege; en una noche como ésta, estás tan cerca del cielo que parece que la pueda coger! Seré tolai! si están a millones de años luz!!

Son las 5.00 y estamos en C3 (7250m). Ya apenas siento los dedos de los pies, no soy el único. Todos aceleramos el ritmo y vamos lo más rápido que podemos para no helarnos. En una hora, el cielo no es tan oscuro y dejo de ver esa estrella más bonita sobre todas las demás.

Miro valle abajo y me quedo perplejo con el amanecer, probablemente sea uno de los más hermosos amaneceres que mis ojos han visto; la majestuosa estela del Chomolugma, las vistas … pero a su vez, el amanecer nos castiga, el viento sopla en todas direcciones y el frio gana en intensidad.

Aprieto los dientes y de reojillo miro de vez en cuando hacia el Valle del Silencio y disfruto del amanecer y de las vistas; consigo sacar las fuerzas y la determinación de continuar. A pesar de los riesgos que conlleva, pasamos las bandas amarillas de nuevo.

Hemos aprovechado unos 200 metros de cuerdas viejas repartidas en 6 fraccionamientos; se pone muy vertical. Miro hacia C2 constantemente y el sol aun no pega en C2. Son los momentos más duros, el viento nos castiga.

Por fin el sol en C2; eso quiere decir que son las 9.10 y estamos a unos 7.800 metros; hemos dejado a nuestra derecha el C4 del Lhotse, y aun a la sombra, son ya 8 horas a oscuras primero y en la sombra.

Voy a tirar de recursos y hay uno que nunca falla. Es muy doloroso pero merece la pena: me pongo de rodillas en el suelo y corto la circulación de la sangre durante unos minutos hasta que de repente empiezo a sentir unos calambrazos poco dolorosos; esa es la señal. Entonces me incorporo y la sangre empieza a fluir de nuevo; solo recordar el dolor que pasé, me da cosa; se me caían las lágrimas del dolor, pero cuando el dolor desaparece puedo sentir hasta la planta del pie.

No es hasta las 11 de la mañana que el sol aparece y por fin nos calentamos; flanqueamos por una franja de nieve el espolón y ya vemos el Collado Sur. Por fin!! 7950m!

dejo los 15 kg que porteaba entre tienda, gas, cuerda y arranco para abajo con Chhepal (dependencia Bendita; invisible cadena que me ata a la vida; y en momentos oscuros, palmadita en la espalda y ya estoy más seguro!!).

Concentración al 200% para el descenso; rapel a rapel, empiezan a caer piedras, sobre todo los últimos 300 metros de fraccionamiento en fraccionamiento. No miro con mis ojos lo que hago, tan solo miro pendiente arriba para evitar que una de esas piedras me abra la cabeza. Último rapel; por fin! Miro arriba y aún no veo a Nurbu, Nuri y Furba. Chhepal y yo cruzamos el glaciar.

Yo mismo me asombro: estoy agotado; si cierro los ojos, ya que me duelen (toda la noche iba sin gafas) y ahora si cierro los ojos para aliviar un poco el dolor, me quedo dormido, aunque sea de pie, y aún saco fuerzas de no sé dónde para recuperar mi segundo trofeo en esta expedición: me gustan las cosas antiguas y en casa ya tengo tres y esta es la segunda botella de oxígeno antigua que recupero.

Está en un penitente a unos 4 metros del suelo y hago un esfuerzo sobrehumano para recuperarla; acabo derrotado y me quedo sentado deslinado, mientras Chhepal me mira atónito pensando qué hostias hará este loco!; Con la soba que nos hemos dado hoy, no creo que sea la única vez que piensa eso de mí.

Llegamos a C2 y lo tengo claro; le digo a Chhepal que es mejor bajarse al Campo Base. No me cree ya que no dice nada; dice que se va a descansar. En 15 minutos tras beber algo me preparo para descender ya que son 25 km hasta campo base. Y a pesar de estar agotado, con los años aprendes a medir tus fuerzas, así que sabía que podía llegar a no ser que la cascada estuviese colapsada de nuevo.

Dentro de lo que podemos aquí tratamos de pensar y medir todo, aunque en un reto como éste, si de verdad quieres alcanzarlo, toca emplearse al máximo. Y quizás abrimos puertas que no deberíamos de abrir.

Comento a Chhepal y me pide el walki; creo que trata de frenarme en mi idea, pero le digo que esté tranquilo. Le digo que en las secciones peligrosas pasamos de uno en uno, verdad? Le digo que voy bien y que es el cumpleaños de Pablo y que no se preocupe;

Son las 14.45. Apretando se puede llegar al anochecer al depósito y es ese el objetivo. Y tan solo pienso en que la cascada no se haya caído. Habría que subir otra vez. Además mañana entrará el viento huracanado por lo que lo mejor es bajarse de aquí cuanto antes.

Siempre me marco pequeños objetivos y los repechos que me faltan me los tengo memorizados ,como casi toda la ruta. Por fin en el depósito ya de noche, donde Aitor ha venido con una Coca Cola y nuestra perrita Gatz.

Después a atravesar la morrena en la que vivimos, hasta llegar por fin a campo base, al calor del mejor hogar del mundo en estos momentos. Me siento y caigo, me duelen los pies; las puntas de los dedos agrietados del intenso frio y del trabajo que llevamos realizado; los ojos, los labios, … Estoy hecho un Cristo…18 horas después, pero feliz.

Una buena cena y una estupenda tarta de cumpleaños para Pablo nos hace sentirnos por unos instantes casi como en casa. Un cumpleaños muy especial que seguramente nunca olvidaremos… Y hoy que escribo esto, una vez más me sorprendo a mí mismo. Apenas he comido nada y he dormido 5 horas; no me siento cansado y el cuerpo me dice que venga, que la siguiente vamos para cumbre. Pronto tendréis noticias del ataque.


CRÓNICA | Cuando el sol cae, la vida muere

Si de verdad queremos subir allí arriba, tenemos que actuar cuando la vida muere. Es entonces, cuando debemos ser el buen equipo que somos y solo entonces sabremos si estamos lo suficientemente preparados y si estaremos a la altura, ¿Seremos capaces de vencer a nuestros miedos?

Son las 7.30 de la mañana y a pesar de que me gusta dormir, estoy aburrido de estar en el saco; tengo ganas de afrontar el día y de solventar los problemas que van surgiendo; de sentirme vivo.

La vida nace a las 9.30 con los primeros rayos del sol, que calientan, nuestros cuerpos entumecidos. Pero sólo para algunos ya que Aitor y Pablo no salen del saco antes de la diez o diez y media. Para esa hora ya estoy de vuelta y media. Todos los días les hago diferentes gamberradas para que salgan de sus tiendas: esto va para largo, me voy a tener que reciclar. je, je!!!

Desayunamos los tres juntos y planificamos el día y los trabajos que vamos a realizar. Aquí los día vienen y van en un abrir y cerrar de ojos. Pasamos una media de 12 horas dentro de nuestras tiendas personales tratando de mantener el cuerpo caliente.

A Pablo le gusta echar la siesta, pero se lo he prohibido y ya lleva dos días sin ella (y no la echa de menos). Ya pasamos demasiadas horas en ‘módulos de aislamiento’, como para además hacer horas extra!!!

Han venido a visitarnos Bea, Roger y Adrián. Gracias por vuestra ayuda y por haber compartido con nosotros momentos irrepetibles. Los amigos son parte esencial de nuestras vidas.

Las mañanas son poco productivas ya que se juntan los desayunos con las comidas. Comemos siempre a las 13.00 y yo diría que es entonces cuando arrancamos. Todos los días hay trabajo. Normalmente no damos abasto pero rara vez nos agobiamos. Siempre tenemos una sonrisa para regalarnos entre nosotros.

A Pablo le encanta bromear con Chhepal, Norbu… y yo me paso el día haciéndole bromas a Aitor y Pablo. Al pobre Pablo le escondo el teléfono y jugamos a frío, frío y caliente, caliente. Aitor, en cambio, le echamos a los tés y comida desde tabasco hasta pimienta. Qué paciencia tienen los dos!!!

He decir que estoy super orgulloso de ellos dos y del trabajo que están realizando. Tanto Aitor como Pablo son muy buenas personas, de esas que cuestan encontrar; les estoy muy agradecido por su participación en esta expedición y sobre todo por su paciencia.

Aitor tiene una niña de 9 meses. Se llama Erika y no hay un día que no nos hable de ella. La echa de menos, muchísimo. Pero junto con Aitor seguimos día a día su evolución. Hoy se ha bajado de la cama ella solita, pronto empezara a caminar!!

Como Erika, ansiosa por adentrarse en lo desconocido, por dar sus primeros pasos, nosotros nos morimos de ganas por salir de nuevo hacia arriba y recorrer esos primeros 25.000 pasos que nos separan del Campo 2.

Cuando el sol cae, son los momentos más duros del día. Una vez más he de reconocer/sincerarme que el Sagarmatha (Everest) sabía que veníamos. Los ideales son pacíficos pero la historia es violenta y cruel.

Antes de salir de expedición, mi intuición me decía que este año iba a contar con muchas complicaciones. Hasta ahora, mi intuición no me ha fallado.

Pero esta vez una sencilla sopa me ha hecho cambiar ese sentimiento premonitorio. Aunque en este oficio nunca se sabe.

He de aclarar que por alguna extraña razón que desconozco, el simple hecho de tomarme una sopa en un campo base siempre lo he asociado a sentimientos muy negativos. En lo más profundo de mi subconsciente estará la clave del porqué de esta asociación.

Quiero creer que no estoy loco, pero por primera vez, las sopas que me he tomado durante esta expedición me han transmitido una sensación positiva y optimista acerca del devenir de esta aventura.


CRÓNICA | No soy un superhéroe

Tras dos días de descanso en el Campo Base, hay cambios en la parrilla de salida. Aún asimilando lo vivido allí arriba, es demasiado pronto para tomar conclusiones y menos aún para tomar decisiones.

Creo que no nos debemos de precipitar; acabamos de empezar; nos toca pensar con la cabeza fría, e intentar atinar con los partes meteorológicos. Que subir por las paredes, estará muy bien para ustedes, pero yo lo que pretendo es pararme un momento, para poder coger aliento.

Creo que la gente tiene una opinión equivocada hacia nosotros, de superhombres, de alocados, incontrolados, insensibles; de hombres de hierro (en mi caso de cemento) o quizás de no tener miedo a la muerte. Alguno incluso pensará que somos inmaduros.

Pero no es así. Sentimos, padecemos, sufrimos y no nos queremos marchar de aquí; pero asumimos el compromiso y el riesgo de nuestros actos, a veces, con más valentía, y en otras, con más acierto.

Me siento con mucha fuerza, con ganas de enfrentarme al Chomolugma, junto con mis amigos y equipo, que por cierto está funcionando a la perfección. He de agradecer a todos ellos uno por uno su trabajo, impecable, y dedicación.

Alex Txikon no es nadie, pero gracias a todos ellos aún seguimos soñando con poder subir allí arriba y allí abajo ya que sin ellos no estaríamos donde estamos, en la nada, en el silencio, en la más absoluta soledad.

Cada una de las veces que he pasado por debajo de cada uno de esos seraks desplomados, (esculpidos como obras de arte, tan hermosos, preciosos de verdad, espectaculares, pero a su vez tan peligrosos), mi garganta se estrecha.

A veces se hace incluso hasta un nudo en la garganta; se reseca la garganta; mi corazón se acelera, no porque acelero mi ritmo de escalada para estar menos tiempo debajo de estas obras de arte, sino por el miedo que siento.

Cada vez que he tenido que pasar debajo de cada serak, antes me he parado; respiras hondo, asumes el riesgo, pero siempre pides permiso a cada uno de ellos para que no se desquebraje, y acabes sepultado bajo cientos de bloques de hielo, ni tú ni ninguno de mis amigos y compañeros.

Es el mismo miedo que he sentido estos días atrás e incluso hasta ayer mismo, de no congelarme como aquella gélida mañana del día 23 por encima de los 7.500metros.

He de sincerarme y contaros que no ha sido hasta ayer mismo, es decir más de 24 horas después de haber bajado, que no he tenido la valentía de quitarme los calcetines: por cobardía. Sí, por miedo a no verme los pies, pensando que pueden estar congelados. Ahora, apenas me duelen, pero el dolor ha sido tan intenso que he temido que todo acabe aquí.

Por tanto, no existen los superhombres, ni las super mujeres. Yo, al menos, no soy uno de ellos. Mirar que miedoso que soy, y no será ni la primera ni la última vez que me dará miedo quitarme los calcetines; puesto que yo no soy un superhéroe.